Báez: “Dejemos que el dolor ajeno nos toque el corazón”

«Comieron hasta quedar todos saciados» (Lc 9,17). La Eucaristía es el sacramento del amor providente de Jesús que cuida a las personas y viene a nosotros para auxiliarnos en todas nuestras necesidades. Es también cátedra de vida y amor para humanizar el mundo, manifestó en su homilía de este domingo, el obispo auxiliar de Managua, Monseñor Silvio Báez, al presidir la misa en Miami.

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“El pan fue pasando de mano en mano, quedándose en cada mano, pero sin acabarse. Los pocos panes se volvieron pan suficiente, pan infinito. Más que una multiplicación de panes, aquella fue una multiplicación de manos y de corazones”, señala el religioso.

“Dejemos que el dolor ajeno nos toque el corazón, suframos, recemos y hagamos todo lo que podamos por ayudar”, dice Báez.

“Como aquella gente en aquel lugar desértico a la que Jesús alimentó, así vive la humanidad hoy, hambrienta, desesperada, necesitada. No podemos ignorarlo”, destaca el jerarca católico.

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«Dejemos que el dolor ajeno nos toque el corazón. No olvidemos al pueblo ucraniano, víctima de una guerra feroz; pensemos en los exiliados que huyen exponiéndose a graves peligros», orienta el obispo.

Mons. Silvio Báez hizo un llamado a No perder la esperanza y la fe en medio de la pobreza, el desempleo y la enfermedad. “Jesús siempre viene a nuestras vidas para consolarnos y tendernos la mano”, puntualizó.

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