Cartas de Amor a Nicaragua: ¿Es tan difícil gobernar?

Daniel Ortega,embajadores,Mauricio Macri,
Foto: Archivo

Por Fabio Gadea Mantilla

Querida Nicaragua: ¿Es tan difícil gobernar? Depende. Primero convengamos en que la gran mayoría de los que se han llamado “presidentes” y pretenden haber gobernado, lo que han hecho es tiranizar a nuestro país. Porque gobernar no es llenar de prebendas a todos los partidarios, colocarlos en cargos públicos para que siempre obedezcan las indicaciones del supuesto gobernante, o crear una Policía y un Ejército llenos de privilegios para que estén siempre dispuestos a reprimir a todo ciudadano que se exprese en contra del tirano. Eso no es gobernar, es crear un régimen dictatorial.

Con sentido común, honorabilidad, principios morales, disciplina, celoso manejo de los intereses de la nación, Estado de derecho, justicia para todos los ciudadanos de cualquier filiación política, combate a la corrupción y muchos otros atributos sencillos de poner en práctica, se puede gobernar un país tan pequeño, tan noble y tan lleno de riquezas naturales como Nicaragua. Hay que tratar a los habitantes del país como si fuesen nuestra propia familia. La patria es en realidad una gran familia a la que hay que cuidar con mucho esmero.

Nuestras riquezas naturales que hasta hoy han tenido un destino que desconocemos, concesiones otorgadas sin autorización de una Asamblea Nacional, y cuyos montos desconocemos, coimas y contrataciones ocultas han estado carcomiendo la economía de la nación. La riqueza forestal, la explotación minera, el oro del cual no vemos ni el brillo, son las plagas que actualmente tenemos.

Esto no es gobernar. Esto es explotar una nación, exprimirla como si fuera una vaca lechera a la que no se le deja ni siquiera la teta para el ternerito.

Insisto en que no es difícil gobernar. Solo hay que ser hombre de bien, amar a Nicaragua, escoger a los hombres adecuados para cada cargo, crear una Policía Nacional que guarde el orden en las ciudades y pueblos y que permanezca en sus cuarteles atendiendo al pueblo cuando requiera sus servicios. Principalmente se necesita abrir la nación para que todo ciudadano pueda trabajar libremente y producir como mejor le parezca de acuerdo con sus capacidades. Es decir libertad para hacer negocios pequeños, medianos y grandes. Una banca nacional que pueda asistir con préstamos a los productores agrícolas, sobre todo a los pequeños. Recordemos cómo en el pasado el Banco Nacional de Nicaragua tenía el programa del Crédito Rural, y era el propio Banco el que buscaba en el campo a los pequeños productores para darles el préstamo adecuado, la asistencia técnica y vigilar la siembra y la cosecha, con parte de la cual el Banco se pagaba la deuda adquirida por el campesino. Esto es apenas una mínima iniciativa para hacer un buen gobierno. Pronto lo lograremos.

El autor es empresario radial. Fue candidato a la Presidencia de Nicaragua.

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