Una agrupación armada de rebeldes perpetró una masacre contra un grupo étnico en la región occidental de Oromiya, en Etiopía, dejando un saldo de 260 civiles muertos el pasado fin de semana. Cadenas internacionales reportaron que el número de víctimas podría ser más.
Uno de los residentes de la zona sobreviviente a la masacre, comentó a la agencia de noticias AP, que participó en la recolección de los cuerpos para luego enterrarlos. El hombre que no quiso revelar su nombre, relató que al momento del ataque se escondió en una zanja, pero perdió a cuatro hermanos y tres primos en los hechos.
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Otro vecino aseguró que los atacantes pertenecían al grupo llamado Ejército de Liberación Oromo (OLA), grupo declarado terrorista por el gobierno central. “Fue una masacre de amharas”, aseguró.
El primer ministro etíope, Abiy Ahmed, condenó lo que describió como “actos horrendos”
“El ataque contra civiles inocentes y la destrucción de sus bienes por parte de fuerzas ilegales e irregulares es inaceptable”, escribió en Twitter.
Los primeros reportes apuntan a que miembros de la etnia oromo, mayoritaria en Etiopía, serían los responsables de la masacre.
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