La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acordaron suspender temporalmente todas las tarifas relacionadas con las disputas Airbus-Boeing.
Dichos aranceles, se han aplicado mutuamente por la disputa sobre Boeing y Airbus que han mantenido en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
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“Como símbolo de este nuevo inicio, el presidente Biden y yo acordamos suspender todos nuestros aranceles impuestos en el contexto de la disputa por Airbus y Boeing, tanto en aeronaves como en productos que no son aeronaves, durante un periodo inicial de cuatro meses“, indicó la alemana.
El conflicto transatlántico, en el que ambos se acusan de prácticas comerciales desleales, fue suspendido por cuatro meses.
Por su parte, la Casa Blanca subrayó que el presidente estadounidense está decidido a “reactivar” la asociación con la Unión Europea.
El vicepresidente ejecutivo y comisario de Comercio de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, subrayó que este acuerdo “es un importante paso adelante”.
Por lo que, “marca un reinicio en nuestra relación con nuestro socio más grande y económicamente más importante”, destacó.
“La eliminación de estos aranceles es beneficiosa para ambas partes, en un momento en que la pandemia está perjudicando a nuestros trabajadores y nuestras economías”, puntualizó Dombrovskis.
En la misma línea, el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, enfatizó “salimos por fin de la guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea, que solo ha provocado perdedores”.
“Me alegro por nuestros viticultores franceses. Continuemos la vía de la cooperación para encontrar un acuerdo definitivo”, añadió.
El representante gubernamental también ha indicado que “en estos tiempos de crisis, es el momento de la reconciliación“.
A raíz del conflicto, Washington impuso aranceles a exportaciones europeas por valor de 7 mil 500 millones de dólares, mientras que Europa hacía lo propio con exportaciones norteamericanas por valor de 4 mil millones de dólares.
Los aranceles trascendían los productos de aviación civil y afectaban a productos alimenticios como el queso, el aceite, el vino o la aceituna.
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