Los recursos forestales contribuyen en forma vital al desarrollo y bienestar de la sociedad. A pesar que existe la Ley 462, Ley de Conservación, Fomento y Desarrollo Sostenible del Sector Forestal, en Nicaragua no hay una política de arborización que incentive la restauración de bosques o plantaciones de árboles en lugares adecuados.
El despale indiscriminado en el que camiones cargados de madera preciosa recorren en plena luz del día las calles de la zona de Dipilto-Jalapa, y otros lugares del norte del país, son acciones que están afectando las fuentes hídricas.
En lo que respecta a la capital, la construcción de urbanizadoras, calles y autopistas lleva como consecuencia el corte de miles de árboles que hasta la fecha no se sabe si son replantados o simplemente se cortan y se desechan, explica Carlos Bonilla, Concejal del Partido Liberal Constitucionalista (PLC)
“Es alarmante la situación que atraviesa nuestro país referente al despale discriminado que existe principalmente en el norte del territorio nacional. Existe una ley, la Ley 559, Ley Especial de Delitos Contra el Medio Ambiente y los Recursos Naturales, ¿pero esta ley dónde está y quién la aplica?, cuestiona Bonilla. “Para todos, no es un secreto ver en redes sociales los camiones repletos de madera de las cordilleras de la Segovia, pero donde está la Policía y el Ejército de Nicaragua para detener estas acciones. La Alcaldía de Managua otorga permisos para las urbanizadoras que se tiene que despalar para construir esas viviendas, pero no se les da una acción a proceder luego de dar permiso. Donde después de construir la urbanización deberían de exigir arborizar un sector determinado”, cuestionó Bonilla.
Arborización de estructuras de hierro
En los últimos años, Managua se ha visto poblada de árboles, pero de lata, como “decoración urbana”, remplazando a los árboles naturales en la capital.
Las afectaciones no se harán esperar, pues la remodelación de la pista Juan Pablo II, se llevará a su paso miles de árboles que se espera sean reubicados en un sector determinado. Pues el despale de estos árboles traen como consecuencia el aumento de las temperaturas más en la temporada de verano en la capital, agrega Carlos Bonilla.
“Aquí en Managua ustedes han observado como cambia el clima, el calor se siente en la capital. ¿’Y qué es lo que va a suceder después de la remodelación de la pista Juan Pablo II?, pues habrá más calor. Se van a remover 1,800 árboles, el Frente Sandinista y la Alcaldía de Managua dijeron que existe un proyecto luego de esto, pero hay que ver para creer. Como estará en un futuro el calor cuando una selva de cemento cubra toda la zona de la pista Juan Pablo II. Ahora bien el gobierno usa recursos para quitar árboles de la vida, de verdad, para instalar árboles de la vida de lata, dijo el concejal.
En el año 2013 el gobierno instaló en la Plaza la Fe Juan Pablo II el primer “árbol de la vida”, bautizado así por la vicepresidenta sancionada Rosario Murillo, que hasta la fecha se mantienen en las calles principales de Managua, sin embargo, algunos fueron derribados en las protestas cívicas del 2018.
Argumentos de preocupación por el cambio climático por parte del gobierno es una burla
El pasado 15 de diciembre del 2020, el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), aprobó un préstamo para Nicaragua por monto de US$84 millones de dólares para la ejecución del Proyecto Bio-Clima, una acción climática para reducir la deforestación y fortalecer la resiliencia en las Reservas de la Biósfera Bosawás y Río San Juan, sin embargo, las acciones por parte del régimen Orteguista demuestran todo lo contrario a la preocupación que según ellos manifiestan por los recursos forestales.
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La expresidenta de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal), Ruth Selma Herrera, señala que argumentos de preocupación por el cambio climático por parte del gobierno es una burla, ya que hasta hoy no se hacen las gestione adecuadas y necesarias para velar por los recursos naturales y forestales.
“Aunque se esgrimen argumentos de preocupación sobre el cambio climático es una burla la actitud de todas las autoridades del país y de todos los productores del país, con respecto a las prevenciones que hay que tener para reducir los efectos drásticos del cambio climático. Para todos nosotros es conocido que en Nicaragua carecemos de una política ambiental responsable que vele por la gestión adecuada de todos nuestros recursos naturales”, dijo Ruth Selma Herrera a la prensa digital de Radio Corporación.
Incentivar plan de arborización en Nicaragua
Años atrás la administración de Daniel Ortega a través de los centros públicos educativos se realizaban jornadas de arborización en diferentes sectores del país, los estudiantes se encargaban de llevar una planta para sembrarla y así arborizar determinado lugar. En cambio, ahora muy poco se observa este tipo de actividades y tampoco se educa sobre las afectaciones a los recursos forestales y el cómo cuidar de ellos, agrega la experta Ruth Selma Herrera.
“Desde la primera, secundaria y universidad, obligue a todos los maestros y alumnos a conocer los desastres ambientales que estamos viviendo y cómo revertir a corto plazo las pésimas prácticas productivas o en relaciona con el manejo de desechos de residuos contaminantes. Nicaragua no puede seguir de espaldas a la naturaleza, ya nos estamos quedando sin bosques, los suelos se están degradando, la regeneración natural está abandonada, la deforestación es absolutamente irrisoria y estamos en una carrera de perder los recursos que nos permitan tener una calidad de vida necesaria. Tener bosques, suelos protegidos, y agua”, argumenta Herrera.
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Actualmente no se conoce que el régimen de Daniel Ortega, maneje correctamente los recursos y políticas para preservar los recursos naturales y forestales. Lo contrario a esto, el gobierno realiza obras públicas en Reservas Biosferas, como la del Río San Juan, en beneficio de los colonos o invasores de tierras, con la destrucción de los bosques del sureste de Nicaragua a través de obras de infraestructura de los Ministerios de Educación, de Salud, del Ambiente y los Recursos Naturales, la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica, así como de la Alcaldía de El Castillo, que rige la zona.
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