El huracán Eta tocó tierra en Puerto Cabezas la madrugada del 3 de noviembre, afectó principalmente a Bilwi, pero dejó su rastro en Haulover, una comunidad ubicada unos kilómetros al sur. Pasó una semana, y vino Iota. Lo que se pudo construir fue inutil, y los planes de que algo quedara en pie se desvanecieron en proporción al incremento de la fuerza de los vientos del huracán.
Desde el lunes pasado la comunidad quedó incomunicada. Tanto terrestre como electrónicamente, y fue hasta este fin de semana que los estragos comenzaron a ser notorios, según las publicaciones de diferentes medios de comunicación y ONGs.
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El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) compartió un video donde se demuestra con murria el devastamiento.
“Con el primer huracán que pegó no estaba así, pero con este que vino, ahí sí se partió Haulover en dos partes, porque los vientos eran demasiado fuertes. Todo se destruyó, y queda como desierto” dijo Rumel Washington del Consejo de Ancianos..
Lo comunidad forma parte del Circuito Litoral Sur, compuesto por Haulover, Wawa Bar y Karata. Considerados un “paraíso turístico”. Estos lugares eran atractivos turísticos hasta inicios de este mes, cuando fueron devastados por los huracanes.
“Haulover antes era un paraíso, pero ahorta esta todo destruido, no hay nada, no hay casas, ni lanchas ni barcos. Todo se perdió” dijo Saúl Pereira, habitante de Haulover, previo a confirmar que las afectadas son alrededor de 280 familias.
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