Italia superó este jueves los 22.000 fallecidos por COVID-19 mientras que la cifra de contagios se aproxima ya a los 170.000 y la presión sobre los hospitales se sigue reduciendo, según ha informado el jefe de Protección Civil, Angelo Borrelli.
En las últimas 24 horas se han registrado otras 525 víctimas mortales, por lo que el total de fallecidos asciende a 22.170, mientras que se han sumado otros 1.189 casos positivos, lo que sitúa la cifra de contagios desde que comenzó la pandemia a 168.941.
Por otra parte, como en días anteriores, la cifra de personas ingresadas en la UCI y en los hospitales sigue disminuyendo. Así, los pacientes en la UCI representan actualmente el 3 por ciento –2.936, 143 menos– y los hospitalizados el 25 por ciento –26.893, 750 menos–. Por contra, el 72 por ciento –76.778– se encuentran en sus casas asintomáticos o con síntomas leves.
Además, otros 2.072 pacientes han recibido el alta en el último día, una cifra muy superior a la registrada la víspera y la tercera más alta desde los 2.099 pacientes curados que se contabilizaron el 8 de abril. En total, 40.164 personas han superado el COVID-19 en Italia.
Por otra parte, el ministro de Asuntos Regionales del Gobierno Nacional, Francesco Boccia, ha lanzado un mensaje a los gobernadores regionales, en pleno debate sobre cuándo y cómo se producirá el relajamiento de las medidas restrictivas decretadas por el Gobierno italiano para combatir la pandemia del COVID-19.
Durante una comparecencia ante la comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, Boccia sostuvo que hasta ahora ha habido “máxima colaboración” entre el Gobierno y las regiones y estas “han actuado siempre” conforme a lo decretado a nivel gubernamental, si bien tenían la opción de “endurecer” aún más las medidas.
En cambio, el vocero del Gobierno recordó que no tienen la capacidad de aligerarlas ya que iría en contra de las “normas ordinarias”. “El gran esfuerzo que han hecho los italianos está asegurando al país, pero sin una vacuna, el esfuerzo podría ser en vano si se comete un error a cualquier nivel territorial”, ha prevenido, según informa la cadena pública RAI.
Boccia sostvo que el paso a la llamada fase 2 será “muy difícil”. “En la relación entre la dimensión social y la económica hace falta un acuerdo permanente entre las normas regionales y las nacionales”, insistió el ministro.
En este sentido, el presidente de Véneto, Luca Zaia, defendió que las últimas medidas que anunció la víspera, cuando habló de un “confinamiento blando” en la región, una de las más golpeadas inicialmente por el coronavirus, no suponen “ninguna relajación”. Es más, ha sostenido, la ordenanza que él firmó ayer es “más restrictiva” porque exige el uso de mascarilla y guantes a quienes salgan de casa.
Entretanto, hoy reabrieron sus puertas por autorización del Gobierno las librerías, las papelerías y las tiendas de ropa para niños, con la excepción de Lombardía y Véneto, que han rechazado la medida anunciada la semana pasada por el primer ministro, Giuseppe Conte. Además de este tipo de negocios, también se han retomado otras actividades como la silvicultura, la fabricación de ordenadores o de fertilizantes y herramientas para la agricultura, entre otros.
EUROPA PRESS
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