¿Quién confiará en un gobierno que no respeta ni las leyes, ni las libertades?

NICARAGUA
EFE/ ARCHIVO

Opinión – Enrique Sáenz (*)

En estos días los medios de comunicación dieron a conocer una información de carácter económico que a simple vista pareciera de menor importancia, pero no es así. Resulta que la empresa calificadora de riesgos conocida por sus siglas como Moody´s, degradó la calificación crediticia de Nicaragua de B2 a B3.

¿Qué significa esto en cristiano y qué tiene que ver con nosotros?

Para empezar se trata de un hecho que, aunque no lo parezca, tiene repercusiones directas en la condición económica y social de familias y empresarios, en el presente y en el futuro.

Comencemos por explicar qué es una empresa calificadora de riesgo. Son grandes empresas internacionales que se especializan en medir la capacidad de los países para cumplir sus compromisos financieros, esto es, su capacidad de pago.

¿Cómo lo hacen? Disponen de sistemas sofisticados que les permiten monitorear la evolución económica de países y de grandes empresas. Periódicamente emiten informes y evaluaciones. Esos informes sirven de base a las decisiones que toman empresarios, empresas, inversionistas e instituciones internacionales de crédito. De esta manera estas empresas alientan o desalientan el otorgamiento de créditos o la canalización de inversiones, según la calificación que otorguen a los países. También desarrollan otras actividades, pero para los propósitos del presente comentario no vienen al caso.

Podemos poner un ejemplo, en chiquito. Cuando usted solicita un crédito a un banco, antes de extenderle el préstamo el banco investiga su capacidad de pago. Mide sus ingresos, sus deudas, su patrimonio, sus antecedentes. Si el riesgo es elevado, el banco no le otorga el crédito. Pero si comprueba su capacidad de pago, le concede el préstamo.

Pues guardando las proporciones, esa es la función especializada que, a nivel internacional, cumplen las empresas calificadoras de riesgo.

Las más conocidas son: Fitch Rating, Moody´s y Standar & Poor´s. Usualmente las calificaciones se miden en letras. En el caso de la empresa calificadora Moody´s hay 8 categorías, y en cada categoría hay grados. La máxima categoría es Triple A. Después siguen las calificaciones Doble A, que representan un alto nivel de capacidad. Luego sigue la categoría A, con sus distintos grados. Y así, hasta llegar a la categoría C.

En su informe del 14 de febrero, Moody´s, ubicó a Nicaragua en la categoría B3. Esta categoría es de las más bajas y advierte a cualquier potencial prestamista o inversionista internacional que existe un elevado riesgo de otorgar créditos o invertir en Nicaragua. Un paso más y cae en la categoría conocida como bonos basura. En otras palabras, de acuerdo a esta calificación nuestra economía está al borde de la basura.

¿Cuáles son las consecuencias de esta calificación?

La primera es la elevación de las tasas de interés de los créditos que se otorgan a agentes económicos nicaragüenses, ya sean bancos, empresas o para el mismo Estado. Como el riesgo es mayor, la tasa de interés es mayor. En consecuencia, si en el momento actual las tasas de interés bancario a nivel local son ya altas y los créditos se han reducido, ahora, con la pésima calificación, la tendencia de las tasas de interés será a elevarse más y los créditos seguirán su tendencia a contraerse.

No es preciso ser economista para saber que si las tasas de interés suben y los créditos se contraen, las empresas y los consumidores sufren.

La segunda consecuencia es en la inversión. Si ya antes los inversionistas nacionales e internacionales no se atrevían invertir en Nicaragua por la desconfianza que genera el régimen, ahora menos. Y ya sabemos: si no hay inversión, no hay nuevas empresas, ni trabajo, ni mayores ingresos.

¿Qué explicación da la empresa para haber tomado esta decisión? Argumentan que la economía se ha debilitado a causa de la situación política del país y, por otro lado, agregan que al reducirse los flujos de crédito se restringen las posibilidades de crecimiento económico.

Una frase que llama poderosamente la atención es que en lo relativo a los depósitos bancarios en moneda extranjera la degradación es mayor: pasaron a la categoría C. En este caso la calificación alcanzó el nivel de los llamados bonos basura.

Volvemos con la misma pregunta que nos hemos hecho en otras ocasiones ¿Cómo explicar este tipo de calificaciones negativas si no hay tranques, ni movilizaciones masivas, ni paros nacionales?

También lo hemos dicho: La causa de la crisis económica y social; la causa del desempleo, subempleo, estrecheces de las empresas y penurias de las familias, es la permanencia de Ortega en el poder. Porque, dígame usted ¿Quién va a confiar en un gobierno que no respeta ni las leyes, ni las libertades, ni los derechos de la ciudadanía. A ello se agrega el aislamiento y desprestigio internacional del régimen.

En conclusión, mientras Ortega permanezca en el poder, la economía del país no va a levantar cabeza, ni las empresas, ni las familias.

(*) Comentarista político de Radio Corporación

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