Más de 1.700 hondureños que formaban parte de la caravana de migrantes que partió hacia Estados Unidos la semana pasada han sido retornados a Honduras desde la frontera de México, debido a que no tenían la documentación necesaria para cruzarla.
Los últimos registros señalan que entre los deportados están núcleos familiares y menores no acompañados, informó la encargada de la Dirección de Protección al Migrante Hondureño, Jessica Guzmán.
Guzmán dijo que desde Tapachula (Chiapas, México) llegaron dos vuelos de la Policía Federal mexicana con 208 hondureños. Otros 416 regresaron en 13 autobuses de diferentes puntos de México. Además otros 51 decidieron retornar voluntariamente desde Guatemala.
Varios de ellos dicen que a pesar de los controles de seguridad migratorios lo volverían a intentar. Saúl Reyes es uno de ellos.
“No tenía trabajo hace más de dos meses. Yo lavaba carros, solo ganaba 600 lémpiras (algo más de 24 dólares). Ya de regreso buscaré otro trabajo, sin embargo pienso en irme en la próxima caravana”, dijo Reyes.
Ante esta situación, autoridades consulares de México en Honduras explicaron que el proceso migratorio es claro y que se deben seguir los procedimientos adecuados
Eso servirá para solicitar las opciones laborales anunciadas por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.
El embajador David Jiménez dijo que este anuncio es sujeto a que cada migrante cumpla con lo necesario para estar en suelo mexicano.
“Los protocolos de migración son claros, persona que no tenga pasaporte mexicano no podrán pasar la frontera y tendrá que ser deportado a su país.
La Voz de América buscó la reacción del gobierno hondureño para consultar acerca de los programas de apoyo que tienen actualmente para los migrantes.
Sin embargo, no fue posible y solo se hizo entrega de un comunicado en el que destacan que su principal preocupación es garantizar el respeto a los derechos humanos de los hondureños que deciden emigrar.
Sin embargo, el analista Denis Cabrera criticó que el gobierno de Honduras no tenga políticas para frenar la migración y responsabilizó al serio problema de la corrupción.
“Las migraciones son un reflejo de un sistema que no se preocupa por la condición de vida de las personas y sumamos la corrupción que vive Honduras es uno de los países que pierde entre 15 y 50 mil millones de lémpiras por este problema”, señaló.
Las autoridades hondureñas anticiparon que las deportaciones continuarán y que la próxima semana se espera otro vuelo de deportados.
VOZ DE AMÉRICA
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