Manifestantes con máscaras levantaron barricadas en el centro del distrito comercial de Hong Kong este viernes, poco después de que el gobierno local anunciara la aplicación de una ley de urgencia prohibiendo el uso de caretas. Decenas de personas usaban barreras de plástico, palés de madera y conos de tráfico para obstruir las calles donde tienen sus sedes importantes empresas internacionales.
Otras miles de personas, con máscaras, permanecían detrás de la principal barricada. También se crearon barreras en el distrito de Kowloon Tong. Y cientos de personas con la cara cubierta hacían una sentada en un centro comercial de Sha Tin.
La jefa del ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, anunció el viernes la aplicación de una ley de urgencia, que no se utilizaba desde 1967, para prohibir el uso de máscaras por parte de los manifestantes, en un intento de poner fin a meses de violentas protestas. Durante los cuatro meses de grandes protestas, las máscaras faciales se han vuelto omnipresentes, pues los manifestantes tratan de evitar ser identificados por la policía. También se han utilizado para contrarrestar el efecto del gas lacrimógeno.
La nueva ley hace que sea ilegal usar una máscara en una manifestación sancionada o no sancionada, con hasta un año de prisión para los transgresores. Pero los hongkoneses podrán seguir usando máscaras faciales por fuera de las protestas, dado que es una práctica común en la ciudad desde que un brote de SARS (neumonía) mató a más de 300 personas en 2003.
No obstante, la policía puede obligar a la gente a quitarse las máscaras, con seis meses de cárcel para los que se nieguen. Se han hecho exenciones por razones religiosas y médicas legítimas y por aquellos que las necesitan para su trabajo, como los periodistas que se ponen respiradores por los gases lacrimógenos.
Este es un momento decisivo para Hong Kong. Es la primera vez en 52 años que se han invocado estos poderes de emergencia y la única vez desde que la ciudad fue devuelta a China por el Reino Unido en 1997.
Durante las últimas décadas, todas las leyes de Hong Kong han pasado por el parlamento de la ciudad, donde se debaten y examinan. Pero la Ordenanza de Regulaciones de Emergencia permite a Lam eludir esa legislatura por completo.
Los críticos ven esto como un movimiento que socava la reputación de la ciudad de ser un centro comercial y legal construido sobre la base del Estado de derecho y un poder judicial confiable.
Los mayores riesgos que entraña la norma se derivan de su redacción vaga, que permite al Ejecutivo de Hong Kong hacer “cualquier tipo de regulación” en caso de emergencia o peligro público inminente.
La gama de otras potencias disponibles es muy amplia. Incluye la censura de los medios de comunicación, el control de los puertos, la apropiación de bienes, así como poderes adicionales de arresto, detención y deportación para la policía.
Lam dijo que consideraría implementar nuevas regulaciones bajo esta ley de emergencia si la violencia continuaba aumentando. Pero si eso tampoco logra sofocar los disturbios, hay dos opciones más.
El artículo 14 de la Ley Fundamental —la miniconstitución de Hong Kong desde su entrega a China en 1997— permite al gobierno local solicitar ayuda a las guarniciones del Ejército Popular de Liberación en la ciudad en caso de que se produzca una ruptura del orden público.
La “opción nuclear” sigue siendo el artículo 18, que permite al Comité Permanente del Congreso Nacional Popular de China declarar el estado de guerra o el estado de emergencia. En ese punto, Beijing podría hacer cualquier ley para Hong Kong que considere adecuada para hacer frente a la crisis.
AFP
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