Karina Navarrete, mamá de Leonardito: “Mi hijo era el alma de la casa”

Marcos Medina | Managua

Al cumplirse hoy dos meses del asesinato del niño Teyler Leonardo Lorío Navarrete, su familia continúa pidiendo justicia.

Karina Navarrete, su mamá, asegura que el bebé ha dejado un gran vacío en su hogar. “Era el alma de la casa”, afirma.

“Ya nada es igual, ya en la tarde se dispersa la familia, no como antes que estábamos allí con él”, relata.

Recuerda ese fatídico día cuando de entre los brazos de su padre, los armados del gobierno le arrebataron la vida a su hijo menor.

“Fue como a las 6:45am, ya casi iban a ser las 7:00am” comenta Navarrete. A la vez, lamenta que el crimen contra su bebé de apenas un año de nacido este quedando impune.

“No investigan, no ponen de su parte por dar con el que mató a mi niño, que no tenía nada que ver”, reprocha.

No había enfrentamiento

Karina Navarrete recuerda que esa mañana no habían enfrentamientos por la zona donde transitaba, junto a su pareja, con sus dos menores de edad.

“Ni siquiera estaban los chavalos (manifestantes), para decir que dispararon por eso. Solo nosotros íbamos”, rememora.

Está convencida que dentro de las filas de la Policía Nacional se debe conocer al culpable del disparo.

Confiesa que no interpuso denuncia ante las autoridades por desconfianza y temor, sin embargo asegura que seguirá pidiendo que se esclarezca el caso.

“Cuando uno pone la denuncia es cuando más comienzan a molestar para que uno no siga pidiendo la justicia”, sostiene.

Ese fatídico día

El 23 de junio de este año, el niño Teyler Leonardo Lorío Navarrete se convirtió en una de las víctimas de la represión orteguista.

La criatura de 14 meses fue asesinado de un balazo en la cabeza cuando sus padres lo llevaban a la casa de sus abuelos maternos en las Américas 1.

El hecho quedó grabado en el celular de un poblador donde se muestra a los padres del menor caminando en familia rumbo a su rutinario destino.

De repente se logra percibir el disparo y los gritos desgarradores de los padres que pidieron auxilio a los vecinos del lugar.

La versión de la Policía Nacional acepta que sus agentes junto a “trabajadores de la Alcaldía” se desplazaban por el barrio Américas número 1, sector La Curva.

Sin embargo, según la versión de esta familia, mienten al decir que “fueron atacados con armas de fuego por delincuentes” que asediaban los barrios aledaños a la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), a quienes les atribuyen la muerte del menor.

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