Todos tenemos un arma de doble filo

COMENTARIOS CORTOS Y ÚTILES

Esopo, considerado el padre de la fábula, vivió en la Grecia de la antigüedad muchísimos años años antes de Cristo, y era un esclavo.

Se cuenta que uno de sus amos, llamado Xantus, le ordenó que fuera al mercado y le trajese el mejor alimento que encontrara para agasajar a importantes invitados. Esopo compró solamente lengua y la hizo preparar de diferentes modos. Los convidados se hartaron de comer lo que saborearon como una deliciosa y exquisita carne. Cuando quedó solo, Xantus le preguntó a Esopo qué era eso tan delicioso que les había servido.

-Me pediste lo mejor -dijo Esopo- y traje lengua. La lengua es el fundamento de la filosofía y de las ciencias, el órgano de la verdad y la razón. Con la lengua se instruye, se construyen las ciudades y las civilizaciones, se persuade y se dialoga. Con la lengua se canta, con la lengua se reza y se declara el amor y la paz. ¿Qué otra cosa puede haber mejor que la lengua?

Pocos días después, Xantus le dijo a Esopo que llegarían unos visitantes desagradables a los que debería atender por protocolo, pero quería manifestarles su disgusto sirviéndoles una mala comida.

-Trae del mercado lo peor que encuentres- le recomendó.

Esopo trajo lengua y la hizo preparar con un sabor tan desagradable que repugnó a los comensales.

  • ¿Qué porquería es esa que serviste? – le preguntó Xantus.

-Lengua -contestó Esopo-. La lengua es la madre de todos los pleitos y discusiones, el origen de las separaciones y las guerras. Con la lengua se miente, con la lengua se calumnia, con la lengua se insulta, con la lengua se rompen las amistades. Es el órgano de la blasfemia y la impiedad. No hay nada peor que la lengua.

La lengua es un arma de doble filo.

Amigo o amiga oyente. Tu lengua puede ser un órgano maravilloso con el cual puedes hacer mucho bien. Y tu lengua será una bendición. Pero, igualmente, tu lengua puede ser un órgano perverso utilizado para causar mucho mal, un instrumento de odio, sufrimiento e incluso hasta causante de muertes. Y tu lengua será una maldición. ¡Escoge bien!

Adolfo Miranda Sáenz

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