Por medio de una comunicación oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores, el gobierno de Nicaragua reaccionó fuerte contra la cancillería de Colombia, afirmando su política de no injerencia en temas internos de los pueblos y catalogó la posición de Colombia como ignorancia vulgar, establece la posición, publicada por medios oficiales.
El gobierno nicaragüense ha dicho que no reconoce al Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, como autoridad alguna del país del sur, e instó a mantener su mirada en problemas particulares, que “afectan la vida y la indispensable convivencia ciudadana en su propio país”, señala el escrito.
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Colombia por medio del Ministerio de Relaciones Exteriores, ha manifestado su preocupación con la confiscación que se ha hecho de la Universidad Centroamericana (UCA) en Nicaragua, la que se realizó por medio de un oficio del Juzgado Décimo Distrito Penal de Audiencias, de Managua con fecha 15 de agosto del presente año.
El país suramericano, que preside un gobierno de izquierda, ha expresado su solidaridad con estudiantes, con docentes y trabajadores en general que se ha visto afectado por la incautación de todos los bienes de la Universidad Jesuita, que es uno de los centros de educación superior, con mayor relevancia en el país.
En el comunicado la cancillería colombiana resalta que su gobierno, condena con vehemencia las medidas que limitan la libertad religiosa, la libertad de cátedra y de expresión.
Al reaccionar el gobierno de Nicaragua, recomienda a las autoridades de Colombia que respete, y se unió a las voces que demandan integridad, decencia y empeño en la defensa del pueblo del país de Sudamérica.
Las autoridades nicaragüenses expresan: “Ver la paja en el ojo propio y no en el ajeno, para evitar inmiscuirse en lo que no les concierne ni les concernirá, porque en Nicaragua somos libres y jamás volveremos a ser esclavos”.
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La comunicación oficial de Nicaragua apunta que el servilismo ante los amos imperiales nunca ha dejado nada bueno ni ha servido para ocultar las crudas miseria o desgracias, “enfermedades del alma que solo pueden curarse atendiéndose con esmero y devoción” detalla la reacción del gobierno de Daniel Ortega.
Concluye el comunicado de la cancillería nicaragüense que “La servidumbre de esclavos frente a los amos Imperiales, no encubre los propios males, la desintegración social, la narco-política, corrupción crónica, el engaño, desfalco, la estafa y el imperdonable despilfarro de la confianza y las esperanzas de un pueblo”.
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