Su Santidad el Papa Francisco, en este Jueves Santo, ha dirigido dos grandes celebraciones de este día, la misa en la Basílica de San Pedro, y la actividad religiosa del lavatorio de los pies en la Casa de Marmol, que es una cárcel de menores en Roma.
El pontífice realiza estas actividades, después de haber salido del Hospital donde fue atendido por problemas de salud.
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El Santo Padre pronunció con fuerte voz, la homilía dedicada a los sacerdotes del mundo. Francisco fue dado de alta hace cinco días, de un hospital de Roma, donde le administraron vía intravenosa medicamentos para combatir la bronquitis.
En la otra actividad del Jueves Santo, reclusos donde realizó la ceremonia del lavado de pies, esperaron al Papa, para conmemorar la cena de Jesús, antes de ser llevado al calvario.
Esa cárcel es el mismo lugar donde el Santo Padre realizó esa misma actividad, que es un símbolo de humildad y servicio sacerdotal, luego que fuese escogido como el nuevo Papa, hace diez años.
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Al salir del hospital donde fue atendido, autoridades del Vaticano, aseguraron que el Pontífice iba a cumplir con todos los actos de la agenda de la Semana Santa, lo que incluye el Vía Crucis del Viernes Santo, y la Misa del Domingo de Pascua.
El jefe de la Iglesia Católica en el mundo, en su mensaje a los sacerdotes, hizo mención de una “crisis” que afecta a los religiosos.
El Papa dijo “Tarde o temprano, todos experimentamos decepción, frustración y nuestras propias debilidades”, y agrega, “Nuestros ideales parecen retroceder ante la realidad, una cierta fuerza de la costumbre toma el poder y las dificultades que antes parecían inimaginables parecen desafiar nuestra fidelidad”.
“No olviden ser pastores del pueblo”, pidió a los sacerdotes, el Papa Francisco en su homilía.
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