El nuevo presidente electo de Costa Rica, Rodrigo Chaves Robles, parece haber cambiado de opinión, y ya no enviará a su embajador a Nicaragua, luego que el gobierno sandinista confiscó la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Managua hace unos días.
“Obviamente que el evento de haber sacado a la OEA en Nicaragua cambia la ecuación y cuando estemos listos, hablaremos”, expresó Chaves al periódico La Nación este viernes 29 de abril.
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Durante la entrevista el mandatario costarricense se retractó y mencionó que en ningún momento dijo estar dispuesto enviar a un embajador a Nicaragua, y señaló a los medios de comunicación de haber tergiversado la información.
“Nosotros no hemos dicho que vamos a nombrar un embajador en Nicaragua. Lo que el canciller (Arnoldo André Tinoco) dijo es que lo va a considerar, entonces no tergiverse la verdad porque yo no he dicho que voy a poner un embajador en Nicaragua”, explicó.
El pasado 4 de mayo Chaves manifestó en una conferencia de prensa que su inclinación era enviar un embajador a Nicaragua, al mismo tiempo que manifestó que se debían mantener buenas relaciones diplomáticas con “todos los países vecinos”.
“Tenemos que mantener relaciones diplomáticas con todos nuestros vecinos. Esas posiciones de verse bonito no son la manera en que queremos operar. Queremos operar de acuerdo al derecho internacional. No me gustan las tintas medias”, expresó en ese entonces.
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Sin embargo su postura parece haber cambiado a tan solo unos días de que la administración sandinista ordenara la confiscación de las instalaciones donde funcionaba la OEA. La vicepresidente Rosario Murillo notificó el pasado martes 26 de abril que el inmueble sería declarado de “utilidad pública”, y se crearía un “Museo de la Infamia”.
Finalmente Chaves se estaría considerando la posibilidad de que su embajador sea enviado a Nicaragua. “Cuando estemos listos, hablaremos”, subrayó.
El anterior gobierno costarricense de Carlos Alvarado, había tomado la decisión de retirar a su representante en suelo nicaragüense en junio de 2021, cuando el gobierno sandinista encarceló a varias figuras de la oposición a solo unos meses de las elecciones presidenciales.
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