En la víspera del Triduo Pascual, durante la audiencia general, su Santidad, el Papa Francisco advirtió contra la tentación de una falsa paz, basada en el poder, mientras que la paz de Jesús no domina a los demás, nunca es una paz armada.
Y a los que participaron en una peregrinación interreligiosa en Ucrania les escribió: “La guerra es una rendición vergonzosa, una derrota frente a las fuerzas del mal”.
“Se trata de una paz diferente de la que el mundo hubiera esperado. Es la paz de Jesús”, tema central de la reflexión del Papa Francisco de esta mañana, durante su habitual audiencia general de los miércoles en el Aula Pablo VI.
En la víspera del Triduo Pascual, el pontífice, interrumpiendo su ciclo de catequesis sobre la vejez, quiso centrarse en el tema: “La paz de la Pascua” (Lectura: Jn 14,27). Estas palabras de forma indirecta suenan también como una respuesta a las críticas que han surgido en las últimas horas por parte de personalidades ucranianas, que manifestaron su contrariedad por la elección de que una familia ucraniana y otra rusa lleven juntas la cruz en el Vía Crucis que tendrá lugar en el Coliseo.
Cuando Jesús entró triunfalmente en Jerusalén, lo recibió una multitud exultante, que lo veía como un nuevo rey, que traería la “paz gloriosa”, que liberaría a Jerusalén de la ocupación romana, que restauraría la paz social. “Pero Jesús nunca habla de esto”, dijo el Papa Francisco, “tiene una Pascua diferente por delante. De hecho, lo único que le importa a Jesús en la preparación de su entrada en Jerusalén es montar “un pollino atado, sobre el que nadie ha montado nunca” (v. 30). “Es así como Cristo lleva la paz en el mundo, a través de la mansedumbre y la docilidad, representadas en ese pollino atado”, agrega.
“La paz que Jesús nos da en Pascua no es la paz que sigue las estrategias del mundo, que cree obtenerla por la fuerza, con las conquistas y con varias formas de imposición”, continuó el Papa. Esta paz, en realidad, es solo un intervalo entre las guerras. La paz del Señor sigue el camino de la mansedumbre y de la cruz: es hacerse cargo de los otros.
A este respecto, el Pontífice citó un relato de Dostoievski, La leyenda del Gran Inquisidor, que narra un diálogo entre “el Inquisidor” y Jesús. Se le reprocha a Cristo que aunque podría haber establecido la paz en el mundo doblegando el corazón libre pero precario del hombre en virtud de un poder superior, no quiso hacerlo. Es un “engaño que se repite en la historia, la tentación de una falsa paz, basada en el poder”, pero “la paz de Jesús no domina a los demás, nunca es una paz armada”.
El Papa Francisco luego se refirió directamente a la guerra en Ucrania: “Las armas del Evangelio son la oración, la ternura, el perdón y el amor gratuito al prójimo. Por eso la agresión armada de estos días, como toda guerra, representa un ultraje a Dios, una traición blasfema al Señor de la Pascua; es preferir el falso dios de este mundo en lugar de Su rostro manso”.
Lea: La OMS alerta de una nueva pandemia futurista causada por los mosquitos
Cuando faltan pocos días para la Pascua, que significa literalmente “paso”, Francisco deseó que ésta sea la ocasión bendita para pasar del dios mundano al Dios cristiano, de la espera de una paz impuesta con la fuerza al compromiso de testimoniar concretamente la paz de Jesús. Pongámonos delante del Crucificado, fuente de nuestra paz, y pidámosle la paz del corazón y la paz en el mundo”, concluyó el Papa.
La paz de Cristo es totalmente diferente de la paz segun el mundo