El candidato presidencial de Honduras, Santos Rodríguez Orellana (capitán retirado del Ejército), su esposa Jennifer Bonilla y su suegra Reina Lizeth Bonilla este viernes se presentaron a audiencia en las instalaciones del Fuerte Cabañas, los cuales están acusados de lavado de activos e investigado por varios homicidios, incluido el de un informante de la Administración de Control de Drogas (DEA).
Este jueves, fueron deteniendo a menos de un mes de los comicios presidenciales. Según los medios internacionales, los competidores favoritos han sido señalados seguidamente por corrupción y narcotráfico. También lo está el actual presidente, Juan Orlando Hernández, quien dejará el cargo en 2022 después de ocho años en el poder.
El postulante del Movimiento Dignidad y Esperanza (MIDE) fue capturado en el aeropuerto Toncontín de Tegucigalpa cuando regresaba del departamento de Islas de la Bahía.
Posterior al arresto, la Agencia Técnica de Investigación Criminal procedió a la confiscación de 15 bienes inmuebles, siete sociedades mercantiles y 10 vehículos de Rodríguez Orellana y su familia en varias zonas de Honduras, que serán traspasados a la Oficina Administradora de Bienes Incautados.
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De acuerdo al Ministerio Público, un “testigo protegido” del sector de Brus Laguna, departamento de Gracias a Dios, Honduras manifestó que el excapitán realizaba operativos en la zona y al encontrar dinero o droga no la declaraba en su totalidad quedándose con parte de lo incautado y las armas decomisadas eran llevadas a un grupo delictivo de La Ceiba denominado “Zipe”.
Rodríguez Orellana fue dado de baja del Ejército, luego de denunciar públicamente la vinculación con el narcotráfico de Juan Antonio “Tony” Hernández, hermano del presidente hondureño Juan Orlando Hernández. El hermano del presidente fue encontrado culpable de narcotráfico en una corte federal de Estados Unidos y condenado a cadena perpetua.
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