La policía italiana frenó este sábado en Roma una violenta manifestación convocada para protestar contra el pasaporte sanitario del COVID19 y con la presencia de grupos neofascistas, que lanzaron bombas de humo y asaltaron la sede de un sindicato.
Unas 10 mil personas se concentraron por la tarde en la romana plaza del Popolo para protestar contra las restricciones de la pandemia, profiriendo insultos hacia el Gobierno y los periodistas, informaron medios locales.
La tensión explotó cuando los manifestantes, muchos con el rostro cubierto, lanzaron algunas bombas de humo y petardos hacia la sede del Gobierno, y el romano Palacio Chigi, lo que provocó la reacción de los agentes antidisturbios desplegados, que reprimieron la marcha y detuvieron a algunos de sus participantes.
En el recorrido de la protesta también se ocupó momentáneamente la sede del principal sindicato del país, la CGIL, lo que suscitó la condena de los principales exponentes políticos italianos.
Manifestaciones similares, aunque de menor envergadura, tuvieron lugar en otras ciudades del país, como Milán.
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El primer ministro, Mario Draghi condenó los episodios de violencia que se registraron en estas marchas y recordó que “el derecho a manifestar las propias ideas no puede jamás degenerar en actos de agresión y de intimidación”.
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