La lava del volcán de la isla de La Palma, en las Islas Canarias (España), que entró en erupción hace nueve días, llegó al océano Atlántico este martes en la noche.
Las imágenes compartidas en redes sociales y medios de comunicación internacionales mostraron un río de lava cayendo desde un acantilado hacia el agua produciendo una gran nube de humo.
Expertos del Instituto Español de Oceanografía que siguen en directo el avance de la lava, dijeron que “se está generando un impresionante depósito de más de 50 metros de altura” que sigue creciendo.
El acontecimiento, que ya preocupaba a las autoridades, obligó al Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca) a solicitarle a los vecinos de los barrios cercanos que permanecieran en el interior de sus viviendas.
Además, también se amplió el perímetro de exclusión en la costa para evitar que la gente se acerque a la zona.
El alcalde del pueblo costero Tazacorte, Juan Miguel Rodríguez Acosta, manifestó que la lava ha bloqueado todas las carreteras que llevan al sur de las islas y que los residentes en 2 kilómetros a la redonda han sido evacuados.
Cuando la lava de un volcán como el de La Palma entra en contacto con el agua salada, pueden producirse “explosiones y emisión de gases nocivos”, detalla Pevolca.
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“Cuando el magma toca el mar, se van a formar unas grandes columnas de vapor de agua porque gran parte de la misma se va a vaporizar. Eso se debe al gran contraste térmico que hay entre ambos: la lava tiene una temperatura de más de 900°C, mientras que el agua tiene unos 23°C”, explicó hace unos días, José Mangas, profesor de geología de Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, a BBC Mundo.
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