Maribel Enciso laboraba en su local de optometría al lado de su pequeña María José Monroy Enciso, de once meses un 21 de septiembre del 2010.
Ella no lo sabía entonces pero ese día estuvo a nada de morir cuando un hombre la apuñaló para robarle a su pequeña, llevándose una gran parte de su vida, fue un milagro que sobreviviera y ahora espera otro, el volver a encontrar a su hija.
“Me la robaron con violencia en Tecámac, en el Estado de México. El raptor cortó mi cuello y casi muero. Él está ahora en la cárcel y no nos quiere decir en dónde está mi niña”, publicó en redes sociales.
A pesar de que el raptor ya está en prisión, las autoridades no han podido dar con el paradero de la menor que, el 14 de octubre, cumpliría 12 años.
Maribel Enciso, todavía busca a su hija que fue robada y dada en adopción.
El agresor apuñaló a Maribel en el cuello y aún adentro de su cuello movió el cuchillo porque el objetivo era matarla. Ella se desangró, pudo ver que el hombre ni siquiera buscó dinero en la caja registradora porque él iba por la niña.
Ocho días después, Maribel despertó en la cama de un hospital, la traqueotomía de emergencia salvó su vida, gracias a testigos que la vieron salir arrastrándose de su local.
Detuvieron al secuestrador
Al cabo de un mes Enciso, reconoció a su atacante en la televisión: Geizer, que en ese entonces tenía 32 años, detenido por la violación de una niña de 14.
De inmediato Maribel se presentó con su esposo en la Procuraduría mexiquense y contó su caso con la esperanza de hablar con el detenido y cuestionarlo sobre el paradedro de su bebé, pero el Ministerio Público la mandó a casa a esperar una llamada sobre su caso.
Al cabo de uno días Geizer confesó el rapto de María José, y reveló que a los pocos días la ahogó en una cubeta, envolvió su cuerpo con una cobija y la tiró al canal de aguas negras de Nextlalpan, Estado de México.
Sin embargo, la familia no creyó en ese relato, la investigación que realizó al margen de la autoridad señalaba que dos testigos que vieron al secuestrador con María José en un autobús rumbo a Salamanca, Guanajuato, dos días después del supuesto asesinato, y cuando los buzos de la Secretaría de Marina se sumergieron en el canal, hallaron dos cuerpos de hombres adultos, ninguno de una niña, ni la cobija.
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A 11 años de su intento de asesinato y robo de su hija María José Monroy Enciso, Maribel guarda la esperanza de volver a reencontrarse con ella
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