Ya es costumbre que el Obispo de la Diócesis de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez, se refiera a temas puntuales sobre el contexto de Nicaragua en sus homilías de domingos. Hoy, habló sobre fe y política.
Para el religioso, la fe es el anuncio de un mundo más humano con los valores del Reino: la verdad, la justicia, la paz, la libertad. Y, la política, es y debe ser, el arte de la civilización, del progreso de los pueblos hacia una sociedad justa y solidaria.
De esa forma Mons. Álvarez explica cómo la fe y la política se relacionan profundamente. Además, se entiende claramente cómo la fe ilumina la política, y la conciencia social de los políticos desde el evangelio.
Imagen tomada durante la homilía de Mons. Álvarez en la iglesia Catedral San Pedro de Matagalpa.
Foto: Cortesía, Diócesis de Matagalpa.
Por tanto, expresó que es más importante un católico político que un político católico, “porque cuando nos encontramos con católicos convencidos de su fe, de los principios evangélicos y de aquellos éticos y morales que proceden del Evangelio, buscará como llenar de todos estos valores su actuar y su proceder, y entonces indudablemente buscará también la paz, el progreso y la justicia social”, dijo.
Por la parte del político católico, argumentó que estos corren el riesgo de anteponer su ideología, o su partido, al bien común del Evangelio. Incluso podrían terminar eclipsando su misma fe sumergidos en un mundo de confabulaciones y alardes que ya no miran al pueblo, sino sus propios intereses.
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Agregó que un auténtico político no puede alejarse de la comunidad, particularmente de los más pobres, vulnerables, de los de la periferia, de los discriminados, de los desheredados, de los olvidados de ayer y de siempre, de los sin voz. “Es más, debe dejarse enseñar por ellos”, concluyó el presbítero.
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