Otro joven mayangna fue asesinado el pasado 6 de diciembre por un colono en la Comunidad de Nawahwas, territorio Mayangna Sauni Bu, en la Reserva de la Biosfera de Bosawás, identificado con el nombre de Michael López Rivera, de 18 años, informa el Centro de Asistencia Legal a Pueblos Indígenas (CALPI), siendo este el asesinato número trece de la población indígena en Bosawás.
“Aunque existen dos versiones sobre los motivos del asesinato de López Rivera, los miembros de la comunidad indígena de Nawahwas y la familia de la víctima, temen que la verdad sobre el asesinato no se conozca nunca y quede en la impunidad, debido a la omisión estatal de investigar los asesinatos, amenazas, secuestros, desapariciones forzadas, violaciones sexuales y ataques”, cita CALPI en el comunicado.
El Estado de Nicaragua hace caso omiso a las denuncias de todos estos asesinatos, dejando en la impunidad la muerte de los indígenas, reitera la denuncia María Acosta coordinadora de Centro de Asistencia Legal a Pueblos Indígenas (CALPI).
“Las autoridades y comunitarios indígenas están alarmados por la violencia y la saña con la que fue ultimado este joven, pero más aún por la falta de investigación en estos asesinatos realizados en la Reserva en lo que va del año”, denuncia Acosta.
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Indígenas obligados al desplazamiento forzado
Además de la inseguridad en la zona, los indígenas se encuentran afectados por el paso de los huracanes Iota y Eta, pues Acosta señala que se mantienen si ayuda humanitaria, y ante el último asesinato, los comunitarios de la Reserva se han visto obligados a desplazarse del lugar.
“Todos estos acontecimientos causan que comunidades enteras dejen de manera forzadas sus hogares en la zona, y estos desplazamientos forzados son crímenes de lesa humanidad, al no tener ellos el acceso a la alimentación tienen que salir dejando atrás toda su vida y cultura, y ellos claman por un apoyo”, agrega la Coordinadora del CAPIL.
Las regiones rurales e indígenas de Nicaragua, son las más vulnerables ante los abusos de derechos humanos, siendo casi invisibles para el Gobierno de turno, quien avala la invasión de colonos en las comunidades indígenas y el despale desproporcionado en esta zona que afecta a familias que habitan en esa región.
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