Estados Unidos anunció cargos de narcotráfico contra un expolicía hondureño, primo del presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández.
El Departamento de Justicia estadounidense señaló en un comunicado que Mauricio Hernández Pineda, un exalto cargo de la policía nacional hondureña, conspiró para traficar cocaína hacia Estados Unidos junto a su primo Tony Hernández, hermano del presidente.
Según la fiscalía del distrito sur de Nueva York, Hernández Pineda “participó” y “apoyó” en las actividades de narcotráfico a Tony Hernández, entre otros. De acuerdo con las autoridades, el acusado ofreció hombres armados para proteger cargamentos de varias toneladas de cocaína que eran enviados a través de Honduras. También ofreció información a traficantes sobre planes y operaciones de la policía para que así éstos pudieran evadirla y evitar que se detectaran los cargamentos. A cambio de su ayuda, Hernández Pineda recibió miles de dólares como resultado de la venta de la droga, señaló la fiscalía.
Tony Hernández se encuentra preso en Nueva York. Enfrenta cargos de tráfico de drogas y se espera que sea juzgado en octubre en la corte federal de Manhattan.
El fiscal del distrito de Manhattan, Geoffrey Berman, dijo en el comunicado que los cargos presentados contra Hernández Pineda son “perturbadores”.
“Tal y como se alega, Mauricio Hernández Pineda traicionó sus obligaciones de policía de respetar las leyes de su país y prevenir el tráfico de droga, y en lugar de eso, facilitó el envío de toneladas de cocaína que eventualmente llegaron a Estados Unidos”, dijo Berman.
“Hernández Pineda pronto tendrá que responder por sus supuestos delitos ante una corte estadounidense”, agregó.
El comunicado destacó que entre el 2000 y el 2018 múltiples organizaciones de tráfico de drogas en Honduras y países cercanos trabajaron juntas con el apoyo de políticos y policías hondureños. Para facilitar el movimiento de la droga, se pagaron sobornos a funcionarios públicos, incluidos miembros del Congreso hondureño, señaló la fiscalía.
A principios de agosto, fiscales de la corte sur de Nueva York acusaron al presidente hondureño Juan Orlando Hernández de ser un co-conspirador que trabajó con su hermano, Tony Hernández, y el expresidente Porfirio Lobo “para aprovechar al narcotráfico a fin de consolidar el poder y el control en Honduras”.
En un documento de 49 páginas la fiscalía dijo que el presidente y su predecesor “dependieron del dinero del narcotráfico” para financiar campañas políticas. El documento destacó que el gobierno de Honduras funciona básicamente como un narcoestado debido a que el presidente y mandatarios anteriores han recibido aportaciones de campaña de traficantes de cocaína a cambio de protección.
La fiscalía dijo en ese momento que el presidente recibió millón y medio de dólares procedentes del narcotráfico para su campaña política de 2009.
El mandatario se defendió de las acusaciones diciendo que son falsas y que son una represalia a la política impulsada por su gobierno para combatir el crimen organizado y el narcotráfico. Entre otras medidas destacó la ley de extradición, la ley de lavado de activos y la depuración policial.
AP
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