Rubén Calvo, el español que asesinó de 64 puñaladas a la nicaragüense Katia Altamirano, pretende delante de un juez de su país, hacerse el loco.
Calvo de 31 años, quien le dio a la nicaragüense el número de puñaladas antes mencionada, el pasado 23 de mayo de 2021, fue llevado a la audiencia provincial la semana recién pasada.
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Cabe destacar que posterior al crimen, el español se lanzó desde el quinto pido de un edificio con las claras intenciones de suicidarse, pero no fue así, pero hoy expone ante el juez que no recuerda nada de lo sucedido en el asesinato, por lo que la defensa está alegando que el ciudadano tuvo un brote psicótico.
Es meritorio agregar que el español aceptó que hubo discusión de celos con la infortunada, además de haberse drogado y otros detalles que “no son compatibles” con una persona que alegue psicosis; señala la información. De ser así, el acusado no recordaría absolutamente nada, según investigadores.
Para los forenses que tuvieron contacto con el responsable del crimen, coinciden que Calvo sabía perfectamente lo que hacía, y afirmaron que el día del hallazgo en la casa donde se cometió el asesinato, pudieron encontrar cuchillos con los que el español procedió a matar la nicaragüense, residente en Chinandega.
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Hay que señalar que uno de los cuchillos utilizado en el crimen, tenía la hoja doblada, otro estaba con la punta rota y además estaba un papel con sangre, lo que refleja que había claras intenciones del responsable del asesinato, de pretender limpiar una de las armas.
El jurado de Rubén Calvo Ropero declaró de forma unánime, culpable al responsable de la muerte de Katia Altamirano, por los delitos de asesinato con alevosía, ensañamiento y la agravante de violencia de género.
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