Una nicaragüense de apellidos Ochoa Marín de 34 años de edad, narró el momento cuando su compatriota Irma Yaritza Huete Iglesia, de 25 años de edad, falleció ahogada en las aguas del Río Bravo hace unos días, exactamente el pasado 17 de mayo. Incluso ambas viajaban en el mismo grupo de migrantes que decidieron emprender el viaje a Estados Unidos.
Ochoa, oriunda de Nueva Segovia, confesó que en el grupo de migrantes viajaban alrededor de unos 80 nicaragüenses, incluyendo a Huete con quien logró hacer una amistad antes de su muerte.
En alguna ocasión ambas compartían la comida, oraban, y hasta leían la biblia en el trayecto del camino que las llevó hasta el Río Bravo, sin imaginar que sería el último día que vería con vida a Huete. “Fue una pesadilla”, expresó Ochoa refiriéndose al difícil momento que vivió en las aguas del peligroso río.
Al momento de intentar cruzar el arroyo, Huete iba en compañía de su hermano y su hija de 4 años y otros ciudadanos nicaragüenses, todos ellos hicieron una “cadena humana”, para evitar que las corrientes los arrastrarán, sin embargo no era suficiente.
Puede Leer: Obispo Álvarez: “No permitiré que la policía invada mi circulo privado familiar”
“Todos veníamos como en cadena, pero como a diez metros de llegar a tierras estadounidenses, el río se puso muy fuerte, nos empezó a llevar, el agua nos llegó al cuello y empezó aquella angustia”, dijo Ochoa.
Al verse superado por la fuerza del agua, el hermano de Yaritza soltó a la niña quien junto a su madre se las llevó la corriente. “Fue en ese momento el hermano de Yaritza sintió que se ahogaba y ya no no tuvo fuerza y soltó a la niña. La niña y la mamá se fueron con la corriente del río”, expresó.
Al no ver rastros de Huete, comenzaron a buscarla, pero era demasiado tarde. Afortunadamente Ochoa salió con vida del río y fue hasta hace unos días que conoció acerca del fallecimiento de su compañera.
En cuanto a la menor, las autoridades fronterizas la dan por desaparecida y hasta la fecha se desconoce su paradero.
Deje su comentario