El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) condenó este miércoles en una sesión ordinaria la toma de sus oficinas en Managua, Nicaragua, cuya orden fue emitida por el gobierno de Daniel Ortega.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, manifestó que “nunca había ocurrido” y recordó que “ni la dictadura de los Somoza tomó medidas como estas”.
“Las normas que regulan las instalaciones de la OEA son similares a las que tienen todas las organizaciones internacionales, incluidas las embajadas”, explicó Almagro, dejando claro que “es importante actuar ya” contra este tipo de situaciones, sino “mañana serán otros los perjudicados” ante la menor diferencia con “los caprichos de quienes hoy transitoriamente ejercen el poder en Nicaragua”.
“Esto no existía, ahora existe. Es un antecedente peligroso para el sistema americano, es un antecedente peligroso para Latinoamérica, es una afrenta para Latinoamérica, es una afrenta para todas y todos”, agregó el secretario general.
“Es un asalto a cada uno de nuestros estados miembros”, consideró por su parte el representante de Antigua y Barbuda, Ronald Michael Sanders, porque “la fuerza policial entró ilegalmente” a la sede diplomática, la cual debe ser “inviolable”.
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La toma del edificio se dio luego que Ortega retirara las credenciales de sus representantes ante el organismo en Washington. El pasado martes, la vicepresidenta Rosario Murillo, anunció que ocupará el inmueble para realizar “un museo de la infamia”, por lo que “representaba” la OEA.
“Todo esto son buenas nuevas, expulsar y confirmar la expulsión. La ratificación de la OEA como infame, como un infame y despreciable ministerio de colonias”, dijo la vicemandataria en su alocución del mediodía.
El gobierno sandinista ha emprendido una arremetida contra la OEA desde noviembre de 2021 cuando emitió una declaratoria expresando que los comicios “no fueron ni libres ni transparentes”.
De manera particular, Estados Unidos, a través de su embajador Bradley Freden, destacó en la sesión que es esencial que la OEA y sus estados miembros estén involucrados en la situación de Nicaragua y “no debemos vacilar” en aplicar medidas contundentes en casos audaces como este”.
“No debemos arrodillarnos o rendirnos ante Nicaragua”, concluyó la nación norteamericana en la OEA.
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