Para el próximo 27 de abril está programada la ejecución de la ciudadana, Melissa Lucio, un caso que ha causado gran revuelo en Estados Unidos.
La mujer podría ser la primera de origen latino en ser sometida a una inyección letal en el país y ha causado revuelo internacional.
A la mujer se le acusa de asesinar a su hija de dos años el 15 de febrero de 2007. Familiares dicen que la pequeña resbaló por las escaleras y aseguran que la defensa de Lucio no obró profesionalmente.
Mariah, de dos años, jugaba en las escaleras de su casa mientras sus padres y sus once hermanos organizaban una de sus tantas mudanzas. De repente, la niña cayó abruptamente por las escaleras. Su madre, la estadounidense de origen mexicano Melissa Lucio, la encontró llorando con algo de sangre en los dientes. Pero, al ver que su hija no tenía otras heridas, Lucio no se alarmó. Dos días después, Mariah fue hallada muerta por su padre mientras dormía, es el testimonio de familiares de Lucio.
No obstante, la investigación determinó que la mujer golpeó y torturó a su hija, lo que derivó en la pena de muerte. El tribunal se basó en una confesión que Lucio dio durante un interrogatorio policial de cinco horas, en el que, exhausta y afectada por este, terminó diciendo: “No sé lo que quieren que diga. Supongo que soy la responsable”.
Sin embargo, después de que Lucio pasara 14 años en prisión, sus abogados aseguran que una nueva revisión del material probatorio del caso demuestra que es inocente y que fue inducida a entregar una confesión bajo presión.
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“Si Melissa es ejecutada, se trataría de un error irreversible. Si esta ejecución se lleva a cabo, será un mensaje totalmente devastador. Enviaría el mensaje de que la inocencia no importa”, afirmó Sandra Babcock, una de las abogadas de Lucio.
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