Álvarez recuerda al exilio, en familia de Nazareth

Monseñor Rolando Álvarez. FOTO: Diócesis Media

Para el obispo de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, Monseñor Rolando Álvarez, el dolor de las familias nicaragüenses bajo el testimonio de la familia de Nazareth que huye, que se exilió, que fue migrante, que viven incertidumbre, ausencia y separación.

El religioso resaltó que hoy continúa vivo el testimonio doloroso de la Sagrada Familia de Nazaret, perseguida, que huye de su país de origen para salvar a su Hijo; una familia migrante en Egipto. Una familia en un país extraño, de una lengua extraña, de costumbres diferentes. Una familia en el exilio. Más de dos mil años han transcurrido y la historia se continúa repitiendo. Familias, cientos, miles de familias “viven situaciones de dramática inestabilidad e inseguridad”, y “buscan una nueva tierra que les pueda ofrecer pan, dignidad y paz”. “Es la migración de los desesperados: hombres y mujeres, a menudo jóvenes, a los que no queda más remedio que dejar su país, aventurándose hacia lo desconocido. Cada día afrontan peligros con el intento de huir de una vida sin futuro”, destaca el obispo.

Y agrega que están desesperados y toman la decisión de salir de su tierra, sin saber qué van a encontrar, qué les va a pasar, conscientes que en esa decisión pueden perder la vida, como a tantos hermanos nuestros, nicaragüenses, les ha sucedido. Hermanos exiliados, familias migrantes, con dolor los ponemos bajo el amparo y la compañía de la Familia de Nazaret, señala el religioso.

Álvarez señala que, con ese mismo dolor, dejamos frente al pesebre de Dios Encarnado, a los presos políticos y a sus familias. La incertidumbre, la ausencia, la separación; cuántos corazones desgarrados. “Niño de Belén, permite que /…/ quienes están encarcelados por razones políticas puedan volver pronto a sus hogares”.

Manifiesta además que vienen a nuestra mente el dolor de tantas familias que han perdido a un ser amado en estos casi dos años, a causa de la pandemia. Un padre, una madre, un hijo, varios miembros de una misma familia, ya no están entre ellos. La Sagrada Familia de Nazaret sea causa de consuelo y esperanza, apuntó.

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La Sagrada Familia de Nazaret, que, en medio de tanto dolor fue fiel al plan de Dios, sostenga la unidad de la familia nicaragüense, dé la fortaleza para cuidar y defender la vida y la fidelidad para cumplir el plan de Dios, pidió el obispo Rolando Álvarez, en la homilía pronunciada este domingo, en la misa oficiada en el marco de la fiesta de la Sagrada Familia, en la Iglesia Catedral San Pedro Apóstol de Matagalpa.

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