La madrugada del domingo al lunes Kim Kardashian fue víctima de un robo a punta de pistola en el apartamento de París en que se alojaba durante la Semana de la Moda, donde cinco ladrones la ataron y encerraron en el cuarto de baño mientras desvalijaban el lugar y se hacían con un botín en joyas valorado en varios millones de dólares.
La policía francesa encargada de la investigación sospecha que se trató de un “trabajo interno”, ya que los asaltantes sabían que el guardaespaldas personal de la celebridad, Pascal Duvier (43), no se encontraba con ella en ese momento, sino escoltando a sus hermanas Kourtney Kardashian y Kendall Jenner en un club de la ciudad. A pesar de que el encargado de velar por la seguridad de la estrella televisiva no forma parte de la lista de sospechosos, ahora las fuerzas del orden querrían hacerle unas preguntas para esclarecer los sucesos que tuvieron lugar esa madrugada.
“Veremos a dónde nos lleva la investigación”, reveló un miembro del cuerpo de policía al periódico The Sun.
Por su parte Kanye West, que ha cancelado varios conciertos de su gira para estar al lado de su mujer en un momento tan traumático, estaría preocupado por el bienestar tanto de Kim como de sus dos hijos, North (3) y Saint (9 meses), por lo que ya habría tomado medidas al respecto planteándose buscar un sustituto para Pascal.
“Pascal no es irremplazable. La familia le tiene aprecio, pero Kanye tiene que velar por las necesidades de sus seres queridos. Él será el que decida”, comentó un informante a la misma publicación.
Las autoridades también están interrogando al antiguo equipo de seguridad de Kim, así como al personal del exclusivo edificio donde se hospedaba en París, investigando el historial de llamadas telefónicas de todos ellos, después de que la celebridad abandonase el lunes París en un jet privado para reencontrarse en Estados Unidos con su marido y sus hijos.
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