El Gobierno costarricense ordenó el cierre de comercio no esencial en el período del 3 al 9 de mayo en un intento para contener el crecimiento exponencial en el número de nuevos casos de COVID19. Situación que tiene saturados a los hospitales públicos.
Durante esa semana, no abrirán tiendas en general por departamentos, salones de belleza, barberías y estéticas, iglesias y gimnasios, entre otros establecimientos.
Además se amplió la restricción vehicular sanitaria, que ahora será hasta el 31 de mayo, pero que originalmente, terminaba el 16 de ese mismo mes. La restricción por placas entre semana aplicará para cantones de la Región Central.
Otra de las medidas es que se presentará a la brevedad una reforma a la Ley General de Salud para reforzar los operativos de la Fuerza Pública contra las actividades clandestinas.
El Ministro de Salud de Costa Rica, Daniel Salas manifestó que lo que el país vive es muy duro. “Lo han vivido otros países. Ya hay lista de espera para ingresar a cuidados intensivos y van a aumentar los casos de fallecimiento. Estas medidas no significan que habrá reducción de casos en forma inmediata, sino que se verán en los siguientes días. Si no se toman se llegará a una situación más grave”, dijo.
También anunció que se incrementarán las sanciones contra comercios que incumplan los protocolos. “Vamos a recrudecer la suspensión de permisos sanitarios de funcionamiento cuando se detecten incumplimientos”, agrega Salas.
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