“Dios puede traer la paz a esta tierra. Nosotros confiamos en Él y, junto con todas las personas de buena voluntad, decimos no al terrorismo y a la instrumentalización de la religión”, es uno de los mensajes que ha emitido el Papa Francisco, máximo líder de la Iglesia Católica a nivel mundial, durante su visita a Irak.
El pontífice ha visitado ciudades devastadas por el Estado Islámico
En su parada en Mosul, quizás la más emblemática de la visita a Irak, el pontífice rezó por todas las víctimas de las guerras. En medio de los escombros a los que quedó reducida dicha ciudad por los yihadistas, Francisco clamó para que, más allá de las creencias religiosas, se pueda vivir en armonía y en paz.
La última localidad en ser visitada por fue la localidad de Qaraqosh, más al este, donde han restaurado completamente la iglesia Al Tahira, a la que los yihadistas prendieron fuego.
En esta zona, en la llanura de Nínive, vivía la mayoría de los cristianos de Irak, pero muchos huyeron de sus pueblos en 2014 y se refugiaron en el Kurdistán iraquí. Desde entonces solo han vuelto unas decenas de miles de ellos.
Papa Francisco, durante su visita a Irak.
FOTO: Reuters / DW
El itinerario del Papa ha incluido un fuerte despliegue de seguridad. Los pocos kilómetros que transitó por carretera fueron en coches blindados. La mayor parte de los 1,445 km del itinerario emprendido desde el viernes (05.03.2021), día que inició su gira por Irak los recorrió en avión o helicóptero para sobrevolar las zonas y evitar aquellas en las que todavía se esconden células yihadistas clandestinas. Todo ello en medio de un confinamiento total decretado hasta el lunes (día de su partida) para hacer frente a los contagios por covid-19 que están alcanzando récords en el país.
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