Los verdaderos libertadores vienen del silencio, del desierto y sin prisa, considera monseñor Rolando José Álvarez Lagos. En su homilía de este segundo domingo de Cuaresma señaló que “con una frase no se gana a un pueblo”.
“A un pueblo hay que ganarlo con respeto”, argumentó el obispo de la Diócesis de Matagalpa, por que “un pueblo es más que una maleta perdida en la estación del tiempo, esperando sin dueño a que amanezca”, indicó.
Agregó que el odio, la desesperanza, el miedo, la agitación y protagonismos indefinidos, son sentimientos que están siendo emitidos por voces que se están levantando en Nicaragua.
Ante esto, llamó a “escuchar la voz del señor entre tantas voces, la cual se escucha en el silencio”.
Álvarez dijo que también hay otras voces que transmiten una cultura contra la vida. ¿Cuántos defienden la muerte en el seno de la madre irrespetando el derecho básico y fundamental de la vida del inocente? se preguntó el presbítero, fustigando a quienes defienden el aborto.
“Siendo que si se falta a ese derecho humano, todos los otros derechos son también vulnerado, irrespetados y violentados”, expresó.
“Escuchemos hermanos la voz del señor transfigurado, por que así como el se transfiguró, nosotros también, Nicaragua será finalmente transfigurada”, concluyó en su mensaje el religioso.
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