A principios del estallido social en abril del 2018, las protestas ciudadanas se convirtieron en un frente común por la ciudadanía en las calles, hasta el punto de convertirse en un símbolo de lucha cívica que expresaba el descontento y repudio de los miles de manifestantes que se convocaban en las calles en Managua, ciudades y departamentos de Nicaragua. La demanda desde entonces sigue siendo el rechazo al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que ostentan el poder desde el 2007.
Sin embargo las manifestaciones empezaron a criminalizarse, con la amenaza de enjuiciar a quienes organizaban las movilizaciones, según explicaba en un comunicado la policía orteguista (en septiembre, 2018), principal aparato represivo del gobierno.
Pese a esta decisión muchas personas hacían caso omiso a las autoridades policiales, porque según ellos “La constitución Política de Nicaragua establece en sus artículos 53 y 54 el derecho de concentración, manifestación, y movilización publica”. Pero el brazo represor de Ortega ha pasado por encima de la Constitución para violentarla.
La ciudadanía asegura que este intento de impedir las movilizaciones era con el objetivo de callar sus voces que exigen libertad y justicia para una nueva Nicaragua.
En el contexto actual en el que vive el país, las distintas plataformas digitales han jugado un papel importante para expresar y dar a conocer las posturas ante las reformas impuestas por el gobierno. Las redes sociales han servido como una herramienta de denuncias, críticas y cuestionamientos contra Ortega-Murillo, tras la prohibición de marchas.
“Nunca podrán controlar las redes sociales”, dice abogada
Martha Patricia Molina, una profesional del derecho y una voz que truena en las redes sociales denunciando las violaciones del régimen orteguista contra los derechos humanos, asegura que pese a la criminalización a las libertades públicas “los ciudadanos no nos callamos”.
“En Nicaragua la administración pública de don Daniel Ortega ha cercenado por completo los derechos humanos; entre ello, el derecho inalienable a manifestarnos y expresarnos pacíficamente. Lo que nunca podrán controlar serán las redes sociales a menos que prohíba que en el país se use el Internet”, aseguró Molina.
Para la abogada e influencer en las redes sociales, aunque Ortega aplique leyes represivas para desaparecer la libertad de expresión, la ciudadanía continuará desde las redes haciendo eco de sus demandas de libertad y denuncia contra los derechos humanos.
“Las recientes leyes, entre ellas la del ciberdelito, quieren desaparecer la libertad de expresión del pueblo, pero el gobierno ilegitimo de Ortega no tiene la capacidad técnica, ni humana para aplicarla. Es importante que los ciudadanos hagan uso de estos espacios (redes sociales) y principalmente para denunciar violaciones a los derechos humanos”, plantea Molina.
“Pueden reprimirnos para que no salgamos a las calles, pero nunca podrán detener los que expresamos libremente por las redes sociales”
Carmen Chamorro, una joven politóloga y activista, cree que las redes sociales han jugado un rol importante, en el contexto político que atraviesa el país, han funcionado como una vía de protesta para la ciudadania que se ha visto limitada al salir a las calles, porque el gobierno continua con su estrategia de represión, persecución y criminaliza el derecho a manifestarse.
“Una de las vías de protestas es a travez de las redes, y por medio de protestas virtuales, marchas virtuales, campañas de apoyo a organizaciones. La Asociación Madres de Abril (AMA) han realizado campañas de memoria y también las campañas permanentes de cara a la libertad de las y los presos políticos”, agregó.
Un grupo de jóvenes activista, donde preside Chamorro, lanzaron hace unas semanas la plataforma de Nicaragua Decide, con el fin de medir la popularidad de los diversos aspirantes a la presidencia en Nicaragua. La Plataforma que intento ser hackeda a partir de su anunció.
Intentan impedir cualquier intento de participación ciudadana, que proponga cosas diferentes y que rete al régimen, el impacto y alcance que pueden tener es bastante amplio y no lo pueden detener. Pueden reprimirnos que salgamos a las calles, pero nunca pueden detener lo que expresamos libremente en redes” finalizo diciendo.
“Las redes no se callan hasta que la dictadura se vaya”, dice joven opositor
Esta eran las afirmaciones de Kevin Monzón, un joven de 20 años quien se define como “activista digital y resistencia”, y muy activo en la plataforma social “Tik Tok”, la cual utiliza para criticar y burlarse de la pareja presidencial y de sus seguidores”.
Kevin Monzón, joven opositor e influencer en las redes sociales reitero en varias a ocasiones a Radio Corporación ser victima de amenazas de muertes, por fanáticos orteguista que miraban con total desagrado los videos que producía en Tik Tok contra el gobierno.
“Yo sigo con mi sátira, son mis derechos humanos, todos tenemos libertad de expresión” expresaba cuando se le pregunto si callaría ante las constantes amenazas.
El pasado 18 de noviembre 2020 a Monzón lo declararon no culpable por los delitos de amenazas con arma blanca a un taxista de nombre José de la Cruz Usaga. Este interpuso la denuncia en la Policía Orteguista (PO) y fue usado para intentar dejar tras las rejas al joven realizador de sátiras políticas contra Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“La Resistencia sigue estando viva en redes sociales”
Max Jerez, estudiante opositor y miembro de la Alianza Cívica, quien estuvo en la mesa de negociación cuando el régimen aceptó dialogar, asegura que la dictadura ha restringido la capacidad de organizarse en las calles, instaurando un estado policiaco, criminalizando cualquier tipo de manifestación publica, lo que ha llevado a mantener la resistencia cívica en las redes, afirma.
“Las redes siguen siendo uno de los pocos espacios que tiene la oposición democrática, o el pueblo que busca democracia en Nicaragua, para continuar alzando su voz. La resistencia sigue estando viva en redes sociales, en plataformas digitales, a través de los medios de comunicación virtual” expone Jerez, quien manifiesta que este tipo de plataformas es muy difícil que las restrinjan como sucede con las marchas.
Jerex agrego que Ortega a tratado de intimidar a las personas , con la reciente aprobación de la Ley de Ciberdelitos, que pretende encarcelar a las personas o entidades que difundan noticias falsas en las redes sociales o medios de comunicación, tratando de controlar este espació donde la gente manifiesta su sentir.
Las amenazas por ejercer derecho a la libertad de expresión en las redes
Expresarse libremente por medio de las redes y pensar opuesto a las políticas que implemente Daniel Ortega, puede ser muy peligroso corriendo el riesgo de robarte, amenazarte hasta agredirte, así lo relata el periodista y cronista deportivo Miguel Mendoza, critico al gobierno.
“Yo he recibido constantemente amenazas y también me han robado, sin embargo no he dejado de twittear, de poner mi opinión, hacer denuncias y no me veo dejando de hacerlo, porque para mi es importante la libertad que como ser humano debo tener, independiente del hostigamiento”, dijo Mendoza.
Miguel Mendoza es un reconocido periodista deportivo que ha dedicado su vida a cubrir todo tipo de eventos deportivos, como Futbol, Basketball y Beisbol, pero que también mantiene mucha incidencia en Facebook y Twitter y eso le ha traído represalias hacia su trabajo.
El 7 de agosto 2018 Mendoza fue expulsado del Estadio Denis Martínez, institución controlada por personas allegadas al gobierno. En su momento Miguel afirmó que esta expulsión en su contra fue “por no pensar igual, por hacer críticas”.
En cambio ahora Ortega pretende mantener un cierto control por todas aquellas voces críticas en las redes con la aprobación de la Ley Ciberdelitos. “cuando estamos en una dictadura el régimen intenta por cualquier vía controlar la opinión critica”, dice Chamorro quien alega que es una de las pocas cosas que pueden detener, “no pueden controlar nuestra libertad de opinión, por eso intentan criminalizarlo e intentan intimidarnos”
Según un Estudio de Redes Sociales de Centroamérica y El Caribe 2016, realizado por la empresa iLifebelt, revela que Nicaragua es el país de Centroamérica con menos cantidad de usuarios en plataformas sociales. Sin embargo, es el país con más rápido crecimiento de usuarios de la región; Sólo en Facebook se registran 1.9 millones de usuarios.
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