Ana Rosales Padilla murió con su cuello entre las fauces de su mascota, un perro de raza pitbull. Ella tenía 65 años, y residía frente al Colegio La Salle de Diriamba, Carazo.
Cuando se disponía a alimentarlo, se inclinó para poner la comida sobre el recipiente de perro, y el animal se abalanzó sobre ella, clavando sus colmillos en su cuello.
Un joven que acompañaba a Ana intentó alejar al perro de ella mediante golpes reiterados, pero el animal continuaba triturando el cuello de la anciana, según relatos de los vecinos.
La mordida provocó que Rosales perdiera excesivamente sangre, y falleció durante su traslado al hospital de la localidad.
La doctora que la atendió, Nadia Caballero, dijo a medios de comunicación de la zona que la anciana falleció por “un shock hipovolémico producto de la mordedura canina”. La médica además dijo que “dentro de las causas intermedias tiene varios desgarros de músculos y de vasos grandes, tenía degollamiento y heridas profundas en el rostro y cuello”
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