La Diócesis de Siuna reclama a las autoridades de Mulukukú, Región Autónoma del Caribe Norte, al Ejercito de Nicaragua y otras instituciones, dar seguimiento a todos los programas y leyes cuyo objetivo es buscar y ejecutar la justicia para la vida de las mujeres.
El reclamo se atribuye a la consternación que se vive en la región por el asesinato y violación de dos pequeñas el pasado 12 de septiembre, pese a que el victimario ya se encuentra tras las rejas.
La Diócesis de Siuna se solidariza con la madre y familia doliente y destaca que hechos como este reflejan la sociedad construida en Nicaragua; “Violenta, machista y que no respetan la vida de las mujeres”.
En un escrito firmado por el administrador de la Diócesis de Siuna, Mons. Pablo Schmitz Simón, se informa que en dos ocasiones, “nuestra hermana Carmen González, había denunciado el abuso sexual a los que fue sometida su niña; pero la falta de sensibilidad, la ineficiencia y la incapacidad de la policía local, para tomar en serio situaciones como ésta, banalizó el hecho, negando la justicia a esta niña y favoreciendo los crímenes a los que fue sometida; por eso siento la necesidad de dirigirme a los superiores de la Policía Nacional”, se lee.
El obispo insta a realizar acciones que apoyen a las mujeres de las comunidades, que las cuiden, que las protejan y que denuncien cualquier hecho que ponga en peligro su integridad física, psicológica y espiritual.
“Ante tal barbarie, uno mi voz a todas las voces que claman justicia”, expresó el obispo en el comunicado.
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Solidaridad con el Párroco de Mulukukú
También se solidariza con el párroco de Mulukukú y el dolor que embarga a su Parroquia y mi agradecimiento por su apoyo a la madre de las víctimas.
“Solicito a las autoridades policiales de Mulukukú a que apliquen todo el rigor que manda la ley y que busquen a los otros dos malhechores que quedaron impunes. Los delitos sexuales no pueden prescribir porque destruyen la integridad física y psicológica de nuestras hermanas mujeres.
Los dos malhechores deben ser buscados y sometidos a la ley porque representan un peligro para todas las niñas que los tienen cerca. Creemos en Dios misericordioso, sin embargo, tenemos que hablar de la justicia” dice el documento.
Además, Mons Pablo Schmitz Simón solicita al Gobierno Central tomar en cuenta su petición. “Aseguro a nuestra hermana Carmen nuestra solidaridad, oraciones y apoyo. Que este sufrimiento fortalezca su fe en Dios y sea fuente de bendición para ella y su pequeña hija”, es el final del texto.
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