¿Por qué tanta saña contra las mujeres?

Las violaciones con asesinatos son hechos que ha conmocionado a la población nicaragüense, en los últimos días al menos 4 niñas han sido violadas y 2 asesinadas, pero, ¿por qué un asesinado con tanta saña? La psicóloga Gioconda Cajina nos explica que el victimario, persona que asesinada o comete cualquier delito, posee una conducta violenta.

La mal formación o deformación de una personalidad de ese tipo no viene por una sola causa, influyen muchos factores para que una persona tenga una conducta violenta, cuando hay un terreno que permite que haya este tipo de situaciones, es cuando se da impunidad, cuando no se persigue el delito, cuando el individuo está rodeado de conductas violentas que en su entorno es completamente normal. Estamos en una sociedad donde se culpa a la víctima y eso permite que la persona de conducta violenta tenga paso a realizar dichos actos delictivos y aberrantes, agrega la experta.

En la  mayoría de los casos de violación y asesinato ha habido o hay impunidad debido a que en ocasiones la persona está respaldada por instituciones y estas no pagan el delito cometido. Pues en Nicaragua y según organizaciones de derechos y protección a la niñez y adolescencia y a la mujer las denuncias en las comisarías de la mujer o en las instituciones policiales no se les dan el debido seguimiento, hasta que el agresor llega a asesinar a su víctima.

El actuar de la policía y del Gobierno quién dirige esta institución no atiende las demandas de la población sino que reprime y deja en libertad a violadores, asesinos y a personas que cometen otros crímenes por lo tanto el actuar a los casos de las niñas  asesinadas en los últimos días es la respuesta de un régimen que no está interesado en resolver los problemas de la ciudadanía, dijo la activista feminista Tamara Dávila.

 Según datos de Católicas por el Derecho a Decidir entre el año 2019 y lo que va del 2020 desde el Observatorio de femicidio, registran 17 niñas y adolescentes, a quienes sus vidas y sueños le han sido arrebatadas por los femicidas, todos hombres mayores de 21 años. La mayoría de estos crímenes han quedado en la impunidad.