Estados Unidos, Reino Unido y Canadá acusan a espías de Rusia de intentar robar vacunas contra el Covid-19.
Los señalan de usurpar propiedad intelectual de laboratorios y universidades que trabajan en el desarrollo de éstas.
“Es completamente inaceptable que servicios de inteligencia de Rusia tengan como objetivo a aquellos que intentan combatir la pandemia del coronavirus”, señala ministro británico de Exteriores, Dominic Raab.
“El Reino Unido seguirá respondiendo a estos ciberataques y trabajará con sus aliados para que los culpables de estos actos respondan ante la justicia”, agrega Raab.
La Embajada rusa en Londres ha señalado que el país responderá a cualquier acción británica “hostil”, informa la agencia Tass.
El diario El País señala que el Gobierno británico acusa al grupo conocido como APT29, “parte del espionaje ruso con una certeza del 95%”, de haber emprendido una serie de ataques informáticos.
Agrega que a partir de febrero, éstos están dirigidos a las instalaciones que desarrollan la investigación sobre una posible vacuna frente a la covid-19.
Se cree que tanto la Universidad de Oxford como el Imperial College de Londres han sido parte de los objetivos, según la información.
APT29, conocido también entre la comunidad de hackers informáticos como The Dukes o Cozy Bear, mantiene su actividad desde hace años.
Los servicios de inteligencia occidentales conectan al grupo con el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB), bajo jurisdicción directa del presidente Vladimir Putin.
APT29 ha sido asociado con el Kremlin y campañas de ciberataques organizadas por el gobierno ruso.
Sus objetivos son principalmente representantes de gobiernos y diplomáticos, además de robo y contrabando de datos.
Según informaciones, el grupo trabaja de manera profesional y aprovechan las últimas vulnerabilidades para entrar en los equipos con la información que buscan.
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