El Obispo de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez, en su Segunda Carta Pastoral: “El Ministerio Sacerdotal en Tiempos de Pandemia”, propone cuatro postulados iniciales para este momento de reconstrucción moral.
El primer postulado tiene que ver con el “Respeto, tutela y promoción de la Dignidad Humana”, mismo que debe llevar a la construcción y respeto a los derechos humanos de naturaleza civil, política, social, económica y cultural.
En el segundo postulado, la Familia es la “Célula de Comunión que constituye el fundamento de la sociedad”. Monseñor señala que es indispensable promover políticas auténticas. Enfatiza sobre la familia natural y tradicional, como la fundó Dios en el Génesis.
El tercer postulado tiene que ver con la “Dignidad Humana y la libertad”.
La construcción del Estado descansa en instituciones que garanticen esa dignidad, libertad y justicia, recalca el Obispo.
El Estado debe garantizar el equilibrio de los Poderes, la transparencia y eficacia administrativa. Señala que el Estado también debe respetar la voluntad popular emanada en la elección de autoridades que deberán responder ante el ciudadano y brindarles protección.
El cuarto postulado se refiere a que la “Justicia Social solo puede ser conseguida sobre la base del respeto de la dignidad trascendente del hombre. En este punto profundiza que la democracia no solo debe ser representativa, también tiene que ser participativa, inclusiva y comprometida con la búsqueda de oportunidades y progresos para el pueblo que por década ha sufrido la pobreza y la marginalidad.
En esta Carta Pastoral, Monseñor Álvarez realza la labor de los sacerdotes en estos momentos difíciles que vive el país. “Nacimos para ser pastores y estar con nuestra gente. Esa es nuestra vocación y en ella el Señor nos santifica”, recalca.
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