El Papa Francisco retomó su agenda pública respetando la distancia de seguridad, pero sin mascarilla.
El Pontífice se reunió con varias delegaciones de deportistas, los cuales celebraron una subasta para juntar fondos en favor de la sanidad pública italiana.
En el encuentro, los participantes se sentaron en varias sillas separadas por la distancia de seguridad mínima para evitar el contagio, pero sin llevar tapa bocas.
Los deportistas han decidido contribuir de forma concreta a la actual emergencia sanitaria. El dinero recaudado se destinará a los hospitales Papa Giovanni XXIII de Bergamo y a la Fundación Poliambulanza de Brescia.
El Vaticano reabrió sus puertas al público, como símbolo de un retorno a una relativa normalidad en Italia donde el desconfinamiento entra en la “fase 2”.
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