Las estadísticas que se manejan a nivel mundial son primordiales para establecer estrategias que controlen la propagación del coronavirus, y también para la investigación en la búsqueda de posibles curas. El médico venezolano Juan Carlos Riera explica que cada día evalúan las estadísticas de los infectados y los muertos por el COVID-19, y se ha vuelto práctica diaria esperar estos números “que algunas veces nos aterran”, afirma.
Ante la pregunta de cuán creíbles son las cifras oficiales de contagiados y fallecidos por COVID-19 que publican los regímenes de Cuba, Nicaragua, Venezuela y China, el galeno considera que “a diferencia de los países democráticos”, estas son naciones que “están bajo un régimen dictatorial comunista que históricamente ha maquillado, atrapado, vulnerado la objetividad estadística de los casos que presentan, por lo tanto no podemos creer ciegamente en estos datos”.
Riera opina que más allá de lo importante de creer o no creer, “ya sabemos que son regímenes que no van a dar la información real, como está pasando con China” donde, dice, “hay estudios que calculan en unos trescientos mil muertos y no en tres mil cuatrocientos como dice el régimen”, esto en relación a las dudas expresadas desde hace semanas a nivel mundial.
El Dr. Riera alerta que cuando estos gobiernos dicen al mundo que tienen “el COVID-19 controlado y que las estadísticas son muy bajas, pues obviamente no se pueden establecer los controles sanitarios para detener la propagación del virus, y esto lleva a un problema de salud que lamentablemente va a repercutir en la población, y va a explotar tarde o temprano”.
A las dictaduras solo les importa “mostrar que tienen un régimen que ha logrado dominar el problema”, concluyó.
Sobre el tema, el médico chileno Ernesto Moya expresó que los gobiernos de Cuba, Nicaragua, Venezuela y China son “sistemas totalitarios; sistemas absolutistas en los que la imagen prima por sobre la verdad, por lo tanto tratan de mantener un control informativo, un control comunicacional, un control, en este caso, de lo que está pasando en el mundo con los contagiados”.
Estos regímenes, añadió, “no permiten que se tenga una estadística cierta de la cantidad de contagiados y pacientes fallecidos o considerados graves”.
Para analizar los datos que estos países publican hay que entender que siempre van a proteger o cubrir la información, subrayó el galeno. “Ya lo hizo China desde un inicio de la enfermedad, tratando de cubrir la situación, y no entregando ninguna información ni un recuento veraz” y “cuando ya no pudo más sostenerla, tuvo que informar”.
Actualmente, afirma Moya, “tampoco tenemos claridad de cuál es la realidad en China”, que permanece bajo un sistema de control comunicacional total. “Es difícil creer en estos sistemas totalitarios [en los que] se controla la información”, concluyó.
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