Miles de personas han evacuado zonas del sur de Australia ante el aviso de las autoridades de que las condiciones climáticas irán a peor el fin de semana. Las carreteras se han llenado de gente buscando lugares seguros, alejados de los fuegos que ya han arrasado cinco millones de hectáreas en lo que va de temporada.
La situación ha provocado que el primer ministro del Estado de Victoria (cuya capital es Melbourne), Daniel Andrews, haya declarado el estado catastrófico para seis regiones. “Si puedes irte, tienes que hacerlo. Si estás en estas zonas no podemos garantizar tu seguridad”, ha alertado Andrews en una rueda de prensa. “Nos enfrentamos a un riesgo sin precedentes para la vida y la propiedad en los próximos días, con un clima cálido, mucho viento y una sequedad sin precedentes”, ha añadido Andrews.
En lo que va de semana, diez personas han fallecido en todo el país. Otras 28 permanecen desaparecidas en Victoria (al sur de Australia) donde han ardido 800.000 hectáreas, especialmente en East Gippsland, una gran zona de bosques. Aquí se prevé que este sábado el mercurio supere los 40 grados de temperatura. Por su parte, Melbourne, ha pasado el viernes cubierta por el humo de los incendios.
Según publica el periódico local The Age, los fuegos, que asolan Australia con especial virulencia desde el pasado noviembre, han emitido a la atmósfera en solo tres meses la misma cantidad de dióxido de carbono que el país emite en todo un año.
Según alertan los expertos, Australia se verá afectada en las próximas décadas por temporadas de fuegos cada vez más fuertes y tempranas. Lo normal hasta ahora en Australia era que las temporadas de fuegos empezasen con el verano (que comienza en el hemisferio sur el 21 de diciembre), pero este año se han adelantado.
Por otro lado, las autoridades han comenzado la evacuación de la gente atrapada en las playas de Mallacoota, donde 4.000 personas se habían visto cercadas por los fuegos en fin de año.
Este viernes, en una operación que ha durado ocho horas, unas mil personas fueron evacuadas con éxito de esta localidad del sureste del país, a bordo del barco de rescate HMAS Choules. Según The Age, varios padres decidieron poner a salvo a sus hijos y quedarse a ayudar en las labores de extinción de los incendios.
EL PAÍS
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