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Los países del ALBA cierran filas frente al enemigo común: Estados Unidos. Reducida casi a un grupo de amigos tras las deserciones de Bolivia y Ecuador, la Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América celebrada en La Habana ha concluido este fin de semana con un llamamiento a la unidad frente a las amenazas, las injerencias y las agresiones externas.
En el punto de mira, la reactivación de programas sociales y energéticos que lanzaron a bombo y platillo los desaparecidos Hugo Chávez y Fidel Castro hace más de una década y que hoy languidecen por falta de medios y por las sanciones impuestas por Estados Unidos a los principales miembros de la Alianza: Cuba, Venezuela y Nicaragua.
En este contexto, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, afirmó que, en el primer semestre de 2020, relanzará con fuerza el “proyecto Petrocaribe”, que nació en 2005 para garantizar el acceso al combustible a precios ventajosos a los países de la región. El anuncio tiene como telón de fondo la grave crisis energética que atraviesa Cuba debido al endurecimiento del bloqueo estadounidense impulsado por la Administración Trump.
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