Policía orteguista utilizó munición española para reprimir las protestas

La munición de Trust Eibarrés, producida en Gipuzkoa, fue usada por paramilitares y fuerzas de seguridad de Nicaragua.

La policía y los paramilitares de Nicaragua utilizaron munición española para reprimir el alzamiento estudiantil de la primavera de 2018. Los cartuchos del fabricante guipuzcoano Trust Eibarrés S.A fueron encontrados el 23 de junio de ese año tras una jornada de protestas en la universidad de Managua en la que murieron 2 personas y 15 estudiantes más fueron heridos. Un comandante del ejército actualmente en el exilio, Roberto Samcam, confirma que los cuerpos de seguridad utilizaban esta munición española importada a través de México. 

Se calcula que en las movilizaciones de 2018 fallecieron más de 320 personas por los disparos de las fuerzas de seguridad de Nicaragua. La chispa que hizo saltar el descontento contra el mandatario Daniel Ortega fue el intento de acometer reformas sociales que, entre otros aspectos, afectaban al sistema de pensiones. Las protestas se extendieron por todo el país aunque las mayores movilizaciones fueron en las ciudades de Masaya y Managua.

Según las investigaciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Amnistía Internacional y el Alto Comisionado por los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, el Gobierno de Ortega y sus paramilitares usaron la fuerza de manera desproporcionada llevando a cabo ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias, desapariciones forzosas, torturas y agresiones sexuales en los centros de detención.

Estos grupos paramilitares colaboraron junto a la policía para reprimir las protestas. Estaban formados por hombres enmascarados, en ocasiones vestían todos igual, iban perfectamente armados y actuaban en coordinación con las fuerzas policiales. Según BBC Mundo, que entrevistó a uno de ellos, estaban formados por antiguos militares y “combatientes históricos” de la revolución sandinista.

¿Qué pasó del 23 de junio de 2018?

Durante la noche del 22 al 23 de junio de 2018, paramilitares y fuerzas de seguridad de Nicaragua acorralaron a un grupo de estudiantes en la zona de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) en Managua. Diversos medios informaron de que ese día murieron dos estudiantes y cinco fueron arrestados. Según la agencia EFE, esa noche la universidad se convirtió en una “trinchera” y en un “hospital”.

La evidencia de que se usó munición española en ese enfrentamiento se desprende de tres vídeos. En el primero, se muestra cómo un grupo de estudiantes recibe disparos cerca de una rotonda al lado de la universidad de Managua. Los manifestantes corren hacia el noroeste hasta uno de los barrios que quedan cerca de la facultad, según la geolocalización llevada a cabo por esta investigación.

Unas horas después, se ha geolocalizado un segundo vídeo en el que se muestra a estudiantes recogiendo la munición española en el mismo lugar en el que acabó la filmación del vídeo anterior. 

Cartuchos españoles encontrados la mañana del 23 de junio de 2018 cerca de la universidad de Managua.

Ni los medios ni las investigaciones independientes de ONG concluyeron que los estudiantes usaran armas que pudieran llevar esos cartuchos. En un vídeo grabado durante la mañana siguiente en el que se ven más enfrentamientos de estudiantes contra policías y paramilitares en el mismo lugar, se observa cómo estudiantes de la UNAN se refugian en barricadas de los disparos de los agentes de seguridad. También se ve cómo todos ellos llevan armas caseras y como uno de ellos muestra la foto de los dos estudiantes fallecidos la noche anterior.

En este vídeo se puede ver lo explicado anteriormente y cómo se han podido geolocalizar las imágenes:

El flujo de la munición a Nicaragua

Tras las primeras denuncias en redes sociales de que se estaba utilizando munición española para reprimir las protestas, la empresa productora de estos cartuchos, Trust Eibarrés, emitió un comunicado en el que se desvinculaba de lo sucedido. La compañía -que no ha querido hacer declaraciones para este reportaje- aseguraba en su mensaje que “no suministraba cartuchería de ningún tipo a ningún cuerpo de Seguridad del Estado de Nicaragua”. 

A pesar de que, según el relato de la empresa, no se vendía material directamente a las fuerzas de seguridad de Nicaragua, durante los años anteriores a la protesta sí que se ha podido acreditar un flujo continuo de munición hacia ese país, que no tiene porque implicar que se envía a la policía y al ejército.

En 2016, España exportó a Nicaragua “material policial y de seguridad” por valor de 1,5 millones de euros, según datos de la Secretaría de Comercio. Las cifras de la Agencia Tributaria indican que se exportó munición desde Gipuzkoa a Nicaragua en marzo y junio de 2015, febrero y agosto de 2016 y diciembre de 2017. Trust Eibarrés es la única empresa que produce munición en esa provincia.

Roberto Samcam, un coronel retirado del ejército de Nicaragua actualmente en el exilio, aseguró a este periódico que las fuerzas armadas y la policía utilizan esta munición española, que llega importada desde México. Como prueba mandó dos imágenes de estos cartuchos importados desde dependencias mexicanas. Samcam, experto en seguridad y crítico con el régimen de Ortega, huyó del país después de que su casa fuese atacada por paramilitares.

Cartuchos españoles importados vía México, en una imagen enviada por el militar en el exilio Roberto Samcam.

Los datos de la Agencia Tributaria muestran que ha habido una venta constante de munición desde Trust Eibarrés a México. Durante los últimos años, fueron enviados al menos 3,2 millones de cartuchos en 2014; 2,7 millones en 2015; 1,8 millones en 2016; 1,7 millones en 2017 y 2,4 millones en 2018.

Según las conclusiones de esta investigación, la munición pudo llegar por tres vías distintas a las fuerzas de seguridad y a los paramilitares de Nicaragua: exportaciones de Trust Eibarrés al mercado civil de ese país; exportaciones a México que después fueron vendidas a Nicaragua con autorización oficial o bien exportaciones a México que después fueron vendidas en el mercado negro.

La posición común de la Unión Europea, que regula las exportaciones de armamento, establece que los países exportadores deberán denegar las autorizaciones si existe el riesgo de que el material se desvíe dentro del país comprador o se reexporte “en condiciones no deseadas”.

El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, al que está adscrito el órgano interministerial que autoriza las exportaciones de armas, no ha querido hacer ningún comentario para este reportaje.

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