Boeing reportó este miércoles una caída de 53% de sus utilidades trimestrales el miércoles, impactado por la suspensión de servicios de su aeronave de pasajeros 737 MAX, cuya investigación continúa arrojando señales de una negligencia de los ejecutivos.
La aeronáutica está bajo escrutinio a causa de los siniestros en Indonesia y Etiopía, que dejaron 346 fallecidos, y en marzo frenó la entrega del modelo y recortó su producción, lo que ha afectado tanto a su cadena de suministro como a las aerolíneas, que han visto interrumpidas sus operaciones.
La compañía estadounidense reportó un flujo efectivo de caja de 2.890 millones de dólares en el tercer trimestre, que se compara con un saldo positivo de flujo de caja de 4.100 millones de dólares registrados en el mismo periodo del año anterior.
Las ganancias operativas estructurales bajaron a 895 millones de dólares, o 1,45 dólares por acción; desde 1.890 millones de dólares, o 3,58 dólares por papel, reportados en el mismo lapso del 2018. En tanto, la facturación de Boeing se redujo un 19% en los nueve primeros meses de 2019, hasta los USD 58.648 millones.
Boeing está almacenando los aviones del modelo investigado y detalló que los “costos estimados de producción del modelo 737 se incrementaron en 900 millones de dólares, principalmente para reflejar las previsiones sobre la fecha del retorno al servicio y el calendario de los incrementos del ritmo de producción planeados”.
De todas formas, mostró su optimismo en que las autoridades aprobarán la rehabilitación del modelo en los próximos meses. “La compañía ha asumido que la aprobación regulatoria de la vuelta al servicio del 737 MAX comenzará en el cuarto trimestre de 2019 y que gradualmente incrementará su producción de 42 anuales a 57 anuales a finales de 2020”, indicó la firma. El gigante aeronáutico “sigue trabajando con la Administración Federal de Aviación (FAA, en inglés) y las autoridades globales de avión civil para finalizar los pasos restantes que lleven a la certificación y puesta en marcha” del aparato y es a ellas a las que corresponde “determinar las fechas y condiciones” en cada jurisdicción.
El pasado viernes, el Gobierno de Estados Unidos pidió explicaciones a Boeing por ocultar las preocupaciones de dos de sus miembros respecto al software del modelo siniestrado, y este martes la firma despidió a su director de aviones comerciales, Kevin McAllister.
EFE / Reuters
Deje su comentario