El sacerdote Uriel Vallejos de Sébaco hizo que la policía de la localidad se cesara el asedio a la parroquia Jesús de la Divina Misericordia y el colegio San Luis.
“Al pueblo se le sirve, no se le controla”, les dijo el sacerdote. Minutos más tarde los oficiales se retiraron del sitio.
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