Fabio Gadea Mantilla
Querida Nicaragua: Quisiera que alguien entendido, algún historiador de nota o especialista en diplomacia internacional, me dijera cuándo la Organización de Estados Americanos (OEA) ha podido hacer las gestiones necesarias para poder cambiar un régimen autoritario o dictatorial por una democracia. En los años que tengo, que son ya muchos, no recuerdo más que lo ocurrido en 1965 en República Dominicana, después del desorden reinante luego de la caída del tirano Rafael Leónidas Trujillo. En esa ocasión la OEA logró nombrar, con el consenso de todos sus miembros, una Fuerza Interamericana de Paz, conformada por grupos militares y civiles de cada uno de los países escogidos para tal efecto. Recuerdo que por Nicaragua la fuerza militar estaba presidida por el entonces oficial de cierto rango Enrique Bermúdez Varela, quien más tarde sería el comandante militar de los Comandos de la Libertad de la Contra luchando contra el régimen orteguista.
Aquello fue realmente una intervención militar disimulada y sin disparar un solo tiro. No recuerdo cuánto tiempo estuvo la Fuerza de Paz en Dominicana, pero la verdad es que la OEA se apuntó un éxito al sembrar la semilla de la democracia que sigue produciendo frutos en la bella isla del Caribe. Después del éxito en Dominicana no encuentro ningún otro país donde la OEA haya podido actuar para producir las libertades que todos nuestros pueblos anhelan y solo pueden lograrse con regímenes democráticos.
El tirano del siglo don Fidel Castro hizo lo que quiso con Cuba, impuso el maléfico comunismo, se convirtió en satélite de Rusia y no solo gozaba despreciando la democracia sino que casi provoca la tercera guerra mundial tratando de instalar misiles soviéticos a veinte minutos de los EE. UU. Fue expulsado de la OEA lo que le importó un comino. La OEA nunca pudo hacer algo por la libertad de Cuba.
Los documentos que dieron origen a la OEA abundan en buenos deseos por la democracia y la libertad de todos los pueblos de América, pero no son más que buenos deseos, gestiones diplomáticas al más alto nivel de las que ríen los tiranos de todas las especies que han proliferado en nuestra América. Inclusive la Carta Democrática Interamericana, supuestamente el documento que amenaza a los tiranos hasta con la expulsión del Organismo, no ha tenido mayor efecto en ninguna dictadura. El tirano Nicolás Maduro, cuando el secretario general Luis Almagro mencionó la Carta para aplicársela a su régimen, este, públicamente lo envió a hacerla un rollito e introducírselo donde mejor le alcanzara. El difunto Chávez igualmente se burló de la OEA llamando “pendejo e insulso” al secretario de entonces José Miguel Insulza. Es obvio, la OEA no puede con los tiranos.
El autor es empresario radial. Fue candidato a la presidencia de Nicaragua.
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