La tormenta tropical Dorian provocaba lluvias el martes en las Islas de Barlovento en el este del Caribe, mientras se fortalecía en su trayectoria pronosticada para rozar la costa suroeste de Puerto Rico y golpear el este de República Dominicana el miércoles casi con la fuerza de un huracán.
Una trayectoria a largo plazo todavía incierta mostraba que la tormenta se acercaría a Florida durante el fin de semana.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos emitió el martes aviso de huracán para Puerto Rico y República Dominicana desde la isla Saona hasta Samaná, y advertencia de tormenta tropical en Martinica y San Vicente, y las Granadinas.
El meteoro tiene vientos máximos sostenidos de casi 85 kilómetros por hora (50 millas), y se prevé que gane fuerza en las próximas 48 horas mientras avanza hacia Puerto Rico, agregó el centro.
La tormenta provocó cortes eléctricos durante la noche en Barbados, en donde empleados comenzaron a despejar los árboles caídos y reparar la red eléctrica la mañana del martes. Jackie Marshall-Clarke, vocera de Light & Power de Barbados, dijo en la televisora nacional que muchas comunidades en la región norteña de la isla estaban sin luz.
Para la mañana del martes, autoridades del gobierno dijeron que el transporte público se reanudaría y volverían a abrir los negocios.
El ministro de Asuntos Nacionales Edmund Hinkson dijo que “se pronostica que se debilite y esas son grandes noticias, pero no estamos fuera de peligro”.
Se espera que la tormenta deje entre 8 y 20 centímetros (3 y 8 pulgadas) de lluvia en las Islas de Barlovento y hasta 25 centímetros (10 pulgadas) en zonas aisladas.
Hay vigilancias de tormenta en Dominica, Granada, Saba, San Eustaquio y partes de la República Dominicana desde la isla Saona hasta Punta Palenque y desde Samaná hasta Puerto Plata.
En Santa Lucía, el primer ministro Allen Chastanet dijo que “esperamos lo peor” y anunció el cierre completo de las actividades en la isla de 179.000 habitantes la tarde del lunes antes de que llegara la tormenta, pero permanecía por debajo de la fuerza de huracán la mañana del martes.
En Puerto Rico, cientos de personas acudieron a supermercados y gasolineras para prepararse ante la llegada de Dorian, comprando alimentos, agua y generadores, entre otras cosas. Muchos estaban preocupados de posibles apagones y por las fuertes lluvias en una isla que sigue intentando recuperarse del paso del huracán María categoría 4 de septiembre de 2017. Unas 30.000 casas todavía tienen toldos azules como techos y la red eléctrica sigue frágil y propensa a apagones incluso cuando caen lluvias ligeras.
“El riesgo mayor es la lluvia”, dijo Roberto García, meteorólogo del Servicio Nacional Meteorológico en Puerto Rico.
La gobernadora Wanda Vázquez firmó el lunes un decreto para ordenar el estado de emergencia y proporcionó una lista del nuevo equipamiento que han adquirido las agencias públicas desde el impacto del huracán María, en 2017.
“Quiero que sientan la tranquilidad”, dijo la gobernante boricua. “Los jefes se han preparado por los últimos dos años. La experiencia de María ha sido una gran lección para todos”.
Vázquez anunció el cierre de escuelas públicas para la tarde del martes y al menos un crucero canceló su trayecto a Puerto Rico, y añadió que las personas sin casa podrán permanecer en alguno de los 360 refugios de la isla.
Además, la tarde del lunes se formó una nueva depresión tropical entre las Bermudas y la costa este de Estados Unidos. Está ubicada 515 kilómetros (320 millas) al sureste de Cabo Hatteras, en Carolina del Norte, y se mueve al este a 6 km/h (3 mph) con vientos máximos sostenidos de 55 km/h (35 mph). Se prevé que se convierta en tormenta tropical el martes en la noche.
AP
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