Enrique Sáenz
Es poco lo que se divulga en Nicaragua sobre las actividades que desarrollan en Costa Rica los refugiados políticos nicaragüenses. Vamos a comentar seis hechos que se produjeron el pasado fin de semana. Todos ellos alentadoramente positivos.
El primero es la campaña de comunicación que se proponen desplegar instituciones del gobierno costarricense en contra de la xenofobia hacia los nicaragüenses. Organizaron un certamen en el que participaron estudiantes universitarios del área de comunicación. Tuve el privilegio de ser invitado a formar parte del jurado que seleccionaría la mejor propuesta de campaña. El jurado estaba integrado por seis miembros. Tres jurados eran representantes de instituciones gubernamentales, un representante de un organismo internacional y dos nicaragüenses.
Las propuestas eran tan buenas que los jurados no pudimos tomar una decisión y nos vimos obligados a seleccionar dos propuestas. Pero bueno, este es el relato, lo importante aquí es resaltar el interés del gobierno en trabajar por neutralizar los focos de xenofobia.
En Costa Rica residen más de 500 mil nicaragüenses, sin contar con los hijos de estos compatriotas que ahora son ticos. Si la xenofobia fuera generalizada no podría explicarse que tantos nicas vivan y trabajen en Costa Rica. Pero sí, hay focos de xenofobia.
Lo segundo que quisiera destacar es el compromiso expresado por los universitarios costarricenses que participaron en el certamen. Verdaderamente fue emocionante ver cada una de las presentaciones pues los jóvenes ticos que concurrieron al certamen pusieron empeño, corazón e imaginación. Y una gran empatía hacia la población nicaragüense.
Otro hecho es un encuentro entre liderazgos territoriales nicaragüenses, refugiados en Costa Rica, con representantes de la Unidad Azul y Blanco. Participaron figuras emblemáticas como doña Chica y doña Coquito y una muestra representativa de los distintos departamentos de Nicaragua. Por la convocatoria, por el contenido de los temas que se abordaron, por el orden con que se desarrolló y por la disposición que mostraron los asistentes se trató de un evento realmente alentador. Organización, disposición de lucha y participación política fueron los puntos centrales del encuentro.
El tercer hecho, es otro encuentro, también realizado en el fin de semana. Aquí participaron liderazgos profesionales, gremiales y sociales. En este caso, el tema central fue la problemática que enfrentan los refugiados nicaragüenses y sus posibles soluciones. De igual manera, la reunión se realizó en orden y con un enfoque constructivo que permitió concertar una agenda de prioridades y pautas de acción para trabajar soluciones. A la cabeza de los problemas se colocó la crisis humanitaria que padecen los refugiados políticos. En la reunión se acordaron un conjunto de acciones a realizar ante la comunidad internacional y ante el Estado costarricense con el propósito de encontrar prontamente soluciones a los principales problemas.
El cuarto hecho es que se está iniciando un proyecto para levantar información básica sobre los nicaragüenses refugiados. Precisamente, uno de los grandes obstáculos es que hasta ahora no existe información suficiente sobre el número de refugiados ni sobre sus características sociodemográficas, esto es, cuantas mujeres y cuantos varones, cuantos niños y niñas, cuantos estudiantes, ocupaciones, discapacitados, personas de la tercera edad. Esta ha sido una dificultad porque, con justa razón, la gente se niega a proporcionar información sobre su ubicación y datos personales. En el esfuerzo participan instituciones del gobierno encabezadas por el Instituto de Fomento Municipal, organismos internacionales, organizaciones no gubernamentales costarricenses, con el apoyo de un equipo de trabajo integrado por refugiados.
La quinta actividad fue un panel organizado por la Articulación de Movimientos Sociales que se enfocó en el futuro de Nicaragua con participación de representantes estudiantiles, campesinos, feministas, ambientalistas, LGTBI y ex prisioneros políticos.
La sexta actividad fue organizada por la Iniciativa Universitaria por Nicaragua y consistió en un panel de expertos que analizaron la más reciente encuesta realizada por la empresa Borge y Asociados. Tuve el privilegio de participar como panelista. El dato más relevante que retengo es que el 73% de los encuestados manifestó temor a hablar de política, dato suficiente para erosionar la credibilidad de las encuestas en Nicaragua, en las circunstancias actuales.
Como puede verse. Todas estas iniciativas muestran la vitalidad y movimiento de la comunidad nicaragüense en Costa Rica y, aunque sus objetivos específicos fueron diversos, el propósito es el mismo: enfrentar los problemas de corto plazo, pero con la vista puesta en el futuro de Nicaragua. Además, todas contribuyen a superar la dispersión y sumar voluntades y empeños. Es de esta manera, trabajando juntos, que podremos construir una nueva Nicaragua. Y no hasta que se vaya Ortega. La nueva Nicaragua la debemos construir, desde ahora, día a día, con tolerancia, sensatez, entusiasmo y generosidad.
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