El presidente de World Vision International, Andrew Morley, ha advertido de que la crisis humanitaria en la que se encuentra sumida Venezuela es “una de las peores” de las que la organización ha sido testigo a nivel mundial, no solo por su impacto para la población dentro del país sino en los países vecinos, a los que han huido más de 3 millones de venezolanos.
“Decenas de miles de niños y niñas están sufriendo por la acción o la inacción de los adultos”, ha lamentado Morely, que ha visitado una de las zonas en las que opera la ONG atendiendo a niños y sus familias en la frontera entre Colombia y Venezuela.
“En World Vision hemos presenciado y atendido situaciones similares en varios puntos del planeta, pero la escala e impacto de esta crisis humanitaria se está convirtiendo en una de las peores que hemos atestiguado”, ha reconocido.
La ONG ha expresado su preocupación por la escala de los desplazamientos humanos provenientes de Venezuela y por las condiciones en las que sobreviven quienes no han podido salir del país.
“Trabajamos en varios de los contextos más peligrosos y desafiantes del planeta, los más remotos, donde la violencia y la inestabilidad privan a los niños de una vida plena, donde la niñez es más vulnerable y la esperanza es su mayor necesidad. Hoy estoy en uno de esos lugares y requiere la atención del mundo”, ha recalcado Morley.
Unas 35.000 personas entran cada día a Colombia provenientes de Venezuela, de las cuales unas 5.000 lo hacen para abandonar permanentemente su país. De acuerdo con las autoridades migratorias, la mitad de ellos son niños y niñas.
“El puente internacional Simón Bolívar –principal punto de entrada– está cerrado, lo que implica que muchos se arriesgan a cruzar por uno de los más de 400 trillos o pasos ilegales a lo largo de la frontera colombo-venezolana, donde son asediados por pandillas, traficantes o redes de explotación”, ha denunciado Morley.
Quienes abandonan Venezuela lo hacen ante los problemas para “tener acceso a medicamentos, alimentos, productos básicos, electricidad y empleos” pero aunque “la vida en las comunidades de acogida es mejor, la presión es creciente”, ha subrayado el presidente de la ONG en un comunicado.
Morley ha encomiado “la profunda y sincera solidaridad y generosidad mostrada por las familias y comunidades de acogida” tanto en Colombia como en otros países vecinos. “El conflicto y la pobreza no respetan nacionalidades, pero la esperanza tampoco tiene fronteras. Tenemos que hacer más y mejor para apoyar a quienes más necesitan”, ha reclamado.
World Vision necesita 25 millones de dólares para asistir a 300.000 personas en Colombia, Ecuador, Perú y Brasil en asociación con las agencias de Naciones Unidas y organizaciones locales, ya que “la crisis no da señales de retroceder”, ha reconocido la ONG, lamentando que el plan regional de respuesta de Naciones Unidas apenas ha alcanzado un 10 por ciento de financiación.
“La infancia proveniente de Venezuela merece oportunidades”, ha defendido Morley, que ha instado a los gobiernos y a la sociedad civil a dar un paso más para financiar y apoyar a los países que están enfrentando el impacto de la crisis venezolana. “Tenemos la oportunidad de fortalecer nuestros esfuerzos colectivos y asegurar que ningún niño quede desprotegido”, ha subrayado.
Europa Press
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