La gravedad de la situación en Venezuela requiere de una inmediata intervención de Naciones Unidas y una declaración de “emergencia humanitaria compleja” por parte del organismo intermnacional, una calificación técnica que permitiría destrabar recursos humanos y materiales suficientes como para hacer frente al drama que viven de manera cotidiana millones de venezolanos.
El reclamo, con carácter de “urgente”, está contenido en un extenso informe elaborado por Human Rights Watch (HRW) y expertos de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, que hoy se presenta en la capital norteamericana y al que Infobae tuvo acceso.
El trabajo lleva como título “La emergencia humanitaria en Venezuela: se requiere una respuesta a gran escala de la ONU para abordar la crisis de salud y alimentaria”. A lo largo de 73 páginas documenta el aumento en los índices de mortalidad materna e infantil, el déficit alimentario de la población, con índices de desnutrición inquietantes, y el surgimiento de brotes de enfermedades que se podrían prevenir con vacunación, como sarampión y difteria, y fuertes aumentos en la transmisión de enfermedades infecciosas, como malaria y tuberculosis.
“La combinación de estos factores es explosiva para la salud de la gente, y lo grave es que muchas de las organizaciones locales dicen que podrían hacer mucho más para paliar la situación pero no pueden por las trabas que les pone el gobierno”, dijo a Infobae Tamara Taraciuk Broner, abogada senior para las Américas de HRW y una de las responsables del estudio.
la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicaron que desde junio de 2017 se confirmaron más de 6.200 casos de sarampión de 9.300 que fueron reportados, cuando entre 2008 y 2015 sólo se había registrado un caso, en 2012.
Otro tanto ocurre con la difteria: desde julio de 2016 se reportaron en Venezuela 2.500 casos, de los cuales más de 1.500 fueron confirmados, mientras que entre 2006 y 2015 no había habido ninguno. Lo mismo con la malaria, ya que según la OMS se pasó de 36.000 casos confirmados en 2009 a más de 414.000 en 2017. Y también con la tuberculosis: de 6.000 casos en 2014 se pasó a 7.800 en 2016 y los datos preliminares indican que en 2017 esa cifra superó los 13.000.
A esto se suma un fuerte crecimiento de la mortalidad materna, que en 2016 aumentó el 65% según las estadísticas más recientes del Ministerio de Salud de Venezuela. La mortalidad infantil a su vez creció un 30% ese mismo año con respecto a 2015.
Infobae
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